Alma de campeón
Ocho jornadas de liga dan para mucho. La temporada pasada dieron para la espantada de Arturo Baldasano, para la caída del equipo a puestos de descenso, e incluso la destitución de Mariano García Remón. Hoy, aunque en una categoría bien diferente, corren aires nuevos en el Cádiz. Atrás quedaron los días de preocupación, los desastres en Carranza o las humillaciones deportivas. Este Cádiz tiene alma de campeón. Un alma que le ha llegado gracias a su entrenador, Javier Gracia, que merece dentro de esta historia que está escribiendo una mención especial.
Tenemos ante nosotros al mejor Cádiz de la historia en su inicio liguero. A estas alturas de la película a todos nos hubiera gustado que hubiese sido en una categoría superior, pero sólo tenemos lo que nos han buscado. La campaña pasada nos buscaron el descenso, y ahora estamos buscando el ascenso con todas nuestras ganas.
Allá por el mes de agosto a todos nos sonaban a chino nombres como Juanma, Caballero, Ormazábal, Mansilla, Casilla o Rubiato; hoy se han convertido en parte fundamental de nuestra ilusión, unidos a la sapiencia de otros como Cristian, Fragoso, Raúl López, Fleurquin, Enrique o Toedtli.
Esto parece un sueño del que no queremos despertar, o al menos, no hacerlo hasta que haya finalizado la liga, jugado la eliminatoria a doble partido, y ganado el ascenso a Segunda. Quedan 29 jornadas que no quiero vivir, o al menos, seguir viviendo de la misma manera que lo estamos haciendo ahora. Ver a un Enrique campeón o a un Toedtli goleador nos vuelve a llevar una sonrisa a la boca. Con un poco de retraso, utilizando el lema municipal, ahora Cádiz sí es la ciudad que sonríe.