Querido Papá Noel
Me vas a perdonar que te escriba mi carta por primera vez, pero es que me he llevado un gran chasco al enterarme quien eran los verdaderos Reyes Magos.
El día en el que a un niño se le rompe la ilusión desvelándole la verdadera identidad de sus venerados Reyes, puede que se le derrumbe el castillo de naipes que se había construido a base de ilusiones. Y ya no ve a sus padres con la misma complicidad con la que los veía antes. Se siente engañado.
Lamentablemente, algo parecido me ha sucedido cuando me entero de que uno de los Reyes será reencarnado por una persona llena de rencor que lo primero que promete es dejar mucho carbón por las casas de muchos cadistas. Y se jacta cada vez que tiene oportunidad de perseguir sombras, sin duda, se perdió en su infancia aquel célebre cuento de aquel niño sin sombra que nunca quiso crecer. Seguramente creerá que Pedro repartía Pan. Y seguro que si tiene que elegir a algún personaje de cuento se queda con el enanito Gruñón.
Tiene abierto tantos frentes, que seguro que no le dará tiempo de atender a las cartas de los verdaderos protagonistas del 6 de Enero, LOS NIÑOS. Y es que con tanta campaña contra los foreros, abogados, periodistas, ex-directivos, ex-secretarios técnicos, Pepe Mata, e incluso algún antiguo cartero real, no le puede quedar tiempo libre para albergar buenos sentimientos con los que se debería vestir un auténtico Rey Mago.
Por eso, yo que soy Mago de verdad, no puedo creer en los Magos de mentira y mi carta este año va dirigida a ti Papa Noel, que aunque vayas vestido con los colores del Atlético de Madrid sé que llevas tu saco lleno de equipaciones cadistas para que todos los niños vayan vestidos de amarillo y azul.
¿Cómo? ¿Qué no puedes? Ah, es verdad, que el Cádiz no tiene camisetas para vender, ni siquiera tiene existencias para aquellas que prometió con los abonos del Trofeo Carranza. Bueno, no importa, siempre habrá una bufanda, o un balón o una taza de desayuno con los colores cadistas.
Ah, y no te olvides de traernos un ascenso que nos haga quitarnos el mal sabor de boca de la temporada pasada. Y por el recurso, no te preocupes, que ya está el Rey Gaspar para resolverlo por la vía civil, o la criminal, o la ordinaria, o la extraordinaria de Navidad, o por el tribunal del TAS, o por el de la Haya, o por el que haya.
Bueno papa Noel, sin más me despido esperando que el 25 de Diciembre te tomes el vasito de leche que te dejaré preparado la noche anterior, no como a los borrachines de los Reyes que siempre me pedían que le dejara tres copitas de moscatel. Así olerán después de toda la noche bebiendo.
Por lo menos no tendremos que tragarnos en Enero un album de cromos con tus fotos, Papa Noel.
Se despide: El niño malo de la web.
Yoni Weiss