¡ Sáquennos de aquí cuanto antes !

Foto: Jose Manuel Sedeño

No es algo de lo que me tenga que enorgullecer, pero tengo la Segunda B metida en la cabeza desde un minuto después de que Abraham Paz fallara el penalti en el Rico Pérez de Alicante. Desde ese instante creí que lo mejor era hacerme a la idea de dónde estaríamos esta temporada y que eso serviría para hacérmela más llevadera. Y así fue… hasta ayer.

Viajar hasta Granada y disfrutar de su gastronomía es un verdadero placer. Si encima aprovechas el día como hice yo el domingo para contemplar sus cumbres nevadas en un día climatológicamente perfecto para después contemplar cómo tu equipo consigue tres puntos sobre la bocina, todo ello acompañado de buenos amigos, el desplazamiento merece la pena.

Pero llegar al Municipal de la Victoria y que te reciba un ambiente totalmente carente de fútbol en un escenario que no presentaba la imagen de ni siquiera un partido de pretemporada, te manda en pocos segundos el alma a los pies. Para colmo de mi desasosiego alguien, con mi mismo pesar, me recuerda en voz baja que este jueves 22 de Enero se cumplen tres años exactos de la marea amarilla al Santiago Bernabeu y de ese partido en el que durante muchos minutos la afición cadista calló a todo un coliseo blanco que veía cómo once casi desconocidos le estaban haciendo un verdadero roto a sus galácticos. Por mucho esfuerzo que uno intente hacer, pasar de eso a enfrentarte a un equipo que no es capaz de llevar a 300 personas al campo es duro, muy duro para una afición y un escudo que no se lo merecen.

El gol de Cristian y el esfuerzo de los jugadores de mi equipo hasta el instante final o ver la cara de felicidad de los que se desplazaron a Pinos Puente dejando atrás erizadas y ostionada, sin importarle dónde jugaban los suyos, hicieron minimizar mi tristeza. Y ésta se convirtió en esperanza al cruzarme con tres jugadores que salían arrastrando los baúles de material de camino al autobús que les traería de vuelta a nuestra ciudad. Llevaban en su rostro cansado una sonrisa por el deber semanal cumplido. Esos tres jugadores (Enrique, Fleurquin y Raúl López) reflejaban en su cara la misma ilusión que cuando hace tres años, sólo tres años, tenían en frente a Robinho, Iker Casillas, David Beckham, Roberto Carlos o Zinedine Zidane.

Sólo le puedo pedir a ellos, a los que llegaron después, a los que han llegado esta temporada, a los que ocuparon el deprimente palco del Municipal de la Victoria y a los que habitan los despachos del Ramón de Carranza, que miren el escudo que portan en su camiseta y en la solapa de sus trajes, que revisen la historia de este club para que dentro de unos meses todo esto no sea más que una mala pesadilla y pronto estemos donde el Cádiz (institución y afición) se merece. Sáquennos de aquí cuanto antes, por favor.

Miguel A. Vallecillo