El cántaro y la fuente

Hay un conocido refrán carnavalesco que dice. “Tanto va el cántaro a la fuente que termina aprendiéndose el camino”. Y de cántaros y fuentes va hoy la columna.
 
Recuerdo que la pasada jornada yo cuestionaba al Mr. Javi Gracia que si no se daba cuenta de que con la defensa en zona, en corners y faltas, los rivales nos remataban en un alto porcentaje. El Mr. me respondía que a todos los equipos les remataban en ese tipo de acciones, pero que afortunadamente el Cádiz solo contaba con un gol en contra en ese tipo de jugadas. No me convencía mucho su respuesta, ya que si contábamos solo con un gol en contra es porque se habían sacado varios balones bajo palos y con Kilo Casilla batido. O alguna estirada del propio Kilo había atajado o desviado el balón. El caso es que el primer gol del Conquense ha llegado de esa forma. Corner en contra y remate de cabeza a las mallas. Sé que algunos me dirán que ha sido en una ocasión aislada. Pues para que vean que no es así, solo 10 minutos después de encajar el gol, nuevo corner en contra que remata a placer un rival y el balón sale rozando el poste de la portería cadista.
 
Quiera o no quiera admitirlo el Sr. Gracia, en ese tipo de jugadas nos rematan con mucha más asiduidad de la que nos quiere hacer ver el preparador cadista. Solo la suerte o la inoperancia de los rematadores rivales hacen que el guarismo de goles encajados a día de hoy a balón parado sea de “2”, pero que en circunstancias normales podrían ser muchos más.
 
El Conquense ha ganado su tercer partido al Cádiz en esta temporada, y lo que es más grave es que hoy ha dejado el tanteador del equipo amarillo a “0”. Oyendo el partido a través de las ondas hertzianas no puedo pensar que nuestro equipo haya creado muchas ocasiones de gol, solo el tiro al palo de Rubiato y una ocasión de Manu Barreiro con el partido ya finiquitado. El experimento de Caballero y Ormazabal en el banquillo de inicio parece que le ha pasado factura a la creatividad del equipo. No digo que algún jugador no merezca un banquillazo para que espabile, pero dejar a dos de una tacada de los que mueven al equipo, no ha funcionado. Esperemos que el síndrome Conquense no pase factura y que sirva de revulsivo como ya lo hizo en la primera vuelta.

 Yoni Weiss