La Crónica Daltónica (desde otro color): Cádiz 1 - Poli Ejido 0
Como dijo el Duque de Wellington a su Mariscal de Campo Daniel H. Beckham el 18 de junio de 1815, tras infligir una cruenta derrota a Napoleón en la batalla de Waterloo, “Esto sí que es una victoria y no la canija esa con la que se ha casado tu tataranieto”.
La semana había comenzado con un llamamiento a la unidad. Había llegado la hora de que todos remáramos en la misma dirección y dicho y hecho. De todos los confines del orbe fueron llegando apoyos: los remeros de la puebla, los equipos de remo Oxford y Cambridge, la galera completa de Quinto Arrio con Ben-hur al frente (Mesala cabrón), incluso unas meretrices que, despistadas, habían confundido una a por una e. La afición demostró, por enésima vez, que está con el equipo a las duras y a las maduras y no necesita que la llamen para acudir.
Ante el Poli Ejido, el Cádiz se presentaba con unas cuantas bajas y con unos cuantos bajos (Cristian, Rosu, Erice…). Prácticamente la columna vertebral del equipo se veía tocada con las bajas de Delgado, Fleurquin, Caballero y, sobre todo Toedtli. Con la columna vertebral maltrecha, es muy difícil que se mueva el esqueleto y así, la primera parte fue de claro dominio del los elegidos por Cazorla -que es entrenador del Ejido a pesar de estar en plena sierra de Jaen- que marcaron dos goles y tuvieron un larguero. Menos mal que uno estaba en fuera de juego y el otro dudosillo. Bien anulados.
Gracia le había dado la manija del equipo a Ormazábal y Erice, que debutaba en el titular, siendo Rosu el encargado de dar profundidad. Pero Juanito Ormazábal venía de hacer una escalada en el K-2 y tenía congelación en los pies, Erice, no está acostumbrado a jugar tan temprano y Rosu jugó, probablemente, uno de los mejores partidos de tute subastado que se recuerdan en el hogar del pensionista de la barriada de la Paz. La gente esperaba más de él, “si yo también esperaba que me salieran los ases y los treses pero no hubo forma”, declaró compungido a los medios.
No obstante, en el minuto 20, recibe Rubiato de espaldas, se gira, la pelea, ve el desmarquecadiz.com de Juanma Hernández, más delgado que Delgado, éste se interna por la izquierda y cruza por bajo batiendo a Valerio que estaba pendiente de un pase de modelos. Uno a cero. A ver si hemos aprendido y dormimos el partido.
A partir de ahí, el Cádiz sigue sin ser el dueño del balón aunque en verdad lo es, bueno, si lo tienen pagado que eso nunca se sabe. El Poli Ejido se va en busca del empate y Mikel Rico realiza un slalom gigante sorteando a cuantos amarillos le salían al paso. ¿A todos? No, amigos, John Silver el Largo Mansilla había salido con el cuchillo en la boca y no permitía que nadie le tosiera. El bravo y espigado defensa cadista realizó un partido impresionante, en el corte, en la marca, sacándola –la pelota- con criterio….
Como era difícil entrar en el área, Mikel Rico lo intentó de lejos con un impresionante zambombazo al que Casilla –muy entonado todo el partido- respondió con una colosal parada. Entre susto y susto transcurren los minutos que ponen fin al primer tiempo.
Pero a vueltas de vestuarios cambiaron muchas cosas. Lo primero, los equipos cambiaron de campo; lo segundo, dos niños muy inquietos que estaban justo delante de mi pegándose y el padre tuvo a bien cambiarlos de sitio.
En esta segunda parte, el Cádiz salió a matar el partido y sorprendió a los almerienses con jugadas trenzadas, intensidad en ataque, colocación en el centro del campo. Ormazábal y Erice despertaron de su letargo y se hicieron dueños y señores de la cancha, lo que dio más empaque al equipo. Nada más comenzar, Juanma Hernández pudo incrementar su cuenta goleadora hasta en dos ocasiones pero no está acertado en el remate en la primera y en la segunda se la quita a Rubiato mejor colocado. “Sí, sí, se la quité, pero es que ya lo voy conociendo y…”, declaró compungido a los medios.
Ante la intensidad del partido, el mister decide cambiar a los más cansados, dando entrada a Fran Cortés por un desbarataito Rosu, Barreiro por Rubiato y Enrique por el goleador de la tarde.
A esas alturas, el Poli se la jugaba mandando sus barcos a la quema y el Cádiz se mostraba peligroso a la contra. En una de éstas, le llega la oportunidad a Manu Barreiro que intenta una vaselina pero le sale un hemoal.
La mejor ocasión la tuvo López Silva con un goluyyyyy olímpico. A López le hicieron un claro penalti que no pitó el árbitro porque antes se había tirado en dos ocasiones y, claro, tampoco es plan. Tírate mejor, hijo mío.
Al final una serie de corners a favor del Poli provocaron la masiva toma de tensión en la farmacia de guardia de al lado del estadio, pero gracias a la férrea defensa en zona franca del Cádiz no tuvieron consecuencia. Fin del partido. Primer match point ganado. Vamos a por el segundo.
Por el Poli destacaron, principalmente, los componentes de la peña Pillatigres con un comportamiento ejemplar antes, durante, después del partido, en el partido de ida, el año pasado, en fin, siempre. A parte, también destacó Cañadas -aunque es mucho mejor su prima Esther, donde va a parar-, Molina y, sobre todo, Gregory, que estuvo impresionante en Duelo al Sol y Recuerda. Mucha suerte y nos vemos en segunda.
En fin, estoy con Wellington, importante victoria que nos hace que vayamos el domingo que viene al campo de la victoria más relajado, como el que viene de la playa. Victoria.
Abrazos cadistas.
José Manuel Ramos «Pichili»