La Crónica Daltónica (desde otro color): Cádiz C.F. 0 - U.D. Salamanca 1
Como dijo Arquímedes, “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”.
Volvía el espectáculo a Carranza después de un año en el infierno (gran libro de Jose Grima). Aunque la calor inhumana que esta tarde hacía en el “vetusto nuevo-viejo estadio con el ayuntamiento de Cádiz sin Ramón de Carranza” era más propia del averno que del purgatorio. Será que averno y verano tienen las mismas letras.
Ser alzaba el telón Adelante contra la Unión Deportiva Salamanca, que venía a Carranza con más bajas que los funcionarios de la Junta de Andalucía en carnavales. El equipo salmantino, al que incluso Miguel Bosé dedicó hace tiempo un elepé, realizó un buen encuentro.
El Cádiz presentaba un equipo muy equilibrado, con un portero, dos laterales derecho, dos centrales derechos, tres centrocampistas derechos, dos extremos derechos y un delantero. Cualquier cosa con tal de tener contenta a la Alcaldesa con tanta gente por la derecha.
No obstante lo cual, el Cádiz salió con las ideas muy claras y fue a por el partido desde el principio, con juego por bandas con un rapidísimo López Silva y el clásico estilete de Enriquinho –que no tuvo su tarde-, hábiles incursiones de Cristian-no Ronaldo y Cifuentes, buenos toques en el centro del campo de Abraham, Caballero y Érice, en fin, realizando un futbol de algunos quilates, no como Bezares que se ha ido para el Estepona con algunos quilotes… de más.
Foto: PortalCadista.com |
El equipo local pudo adelantarse en dos ocasiones, especialmente en un tiro de Toedtli que despeja la defensa a corner y, sobre todo, en un impresionante disparo de Cifuentes desde prácticamente su casa que toca ligeramente el guardameta Ribas para que impacte en el larguero. Vaya papa.
Justo antes del descanso, vuelve a tenerla Toedtli en un corner que saca Caballero al primer palo, Enrique prolonga y Mariano de un perfecto cabezazo estrella el balón en el travesaño. ¡Otra vez! ¡Qué papazo!
Total, que entre el calor que hacía y que los dos equipos estaban ya sin ideas Vespino Zamorano decide que ya está bueno lo bueno.
En la segunda parte el Cádiz jugó con el viento a favor, pero, como siempre, no se aprovechó de él. Los equipos notaron el esfuerzo de los primeros cuarenta y seis minutos y el cansancio hacía una mella más grande que la que le hizo Guillermo Tell a su hijo en la boca, en un segundo intento de repetir su hazaña 50 años después y que nunca recogió la historia.
Aún así, era el conjunto amarillo quien dispuso de las más claras ocasiones para adelantarse en el marcador y el Salamanca tenía más problemas que el chaval de megafonía de la playa La Caleta. La tuvo Abraham en un corner, que remató flojo y mal a las manos del cancerbero contrario; la tuvo López Silva en jugada personal, pero se llena de balón (que viene a ser como decir quillo, cojones, no seas más jibia y pásala); y la tuvo Caballero en un libre directo que salió lamiendo el poste (slups, slups). Está claro que lo que la naturaleza no da Salamanca no lo presta y no era cuestión de que se marcasen en su propia puerta.
La afición cadista había hecho los deberes y durante la semana compraron como posesos el excelente libro recopilatorio de artículos de David Almorza, Tiempo Añadido Crónicas Cadistas, y comprendieron que había llegado su hora, animando sin parar a los suyos. La comunión existente entre afición y equipo tenía que dar sus frutos tarde o temprano y el gol se veía venir.
A esto que Javi Gracia da entrada a Ormazábal para refrescar el equipo, pero el buen centrocampista argentino no entró con buen pie y a punto estuvo de anotar su primer gol en propia portería nada más entrar.
En el minuto 83, el equipo charro tuvo mucha chorra y en una jugada personal de Akinsola (que es lo que responde mi tía Maruchi cada vez que le preguntas por teléfono cómo está) bate por bajo a Casi-casillas de un fuerte disparo cruzado, tras pegar en el poste. ¡Un tiro, un gol! ¡Llevo la papa!
El equipo de Gracia quedó noqueado y sin tiempo de reacción fue a por el empate con más corazón que cabeza. Total, que cero a uno. Fin del partido.
Por el Salamanca destacó Gañan, que hizo honor a su apellido, el morenito tirando a negro Akinsola –pedazo de futbolista- y Linares, que lo mismo jugaba para su equipo que comentaba las jugadas con Javi Gracia desde el banquillo.
Esto no ha hecho nada más que empezar y visto lo visto el resultado ha sido a todas luces engañoso a la par que injusto porque los chicos de Gracia hicieron un gran encuentro hasta que las fuerzas flaquearon y solamente la esquiva diosa fortuna hizo que los tres puntos no se quedaran en casa. No ha sido un buen principio pero Arquímedes tenía otro.
En fin, habrá que estar con el sabio de Siracusa y a ver si el próximo domingo conseguimos en tierras levantinas al menos un punto para que empiece a moverse el mundo cadista. Yo, desde luego, les apoyo.
Abrazos cadistas.
José Manuel Ramos «Pichili»