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La Crónica Daltónica (desde otro color):
Cádiz 1 - Castellón 0
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05.03.2010 |
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Como dijo Sir Winston “sin boquilla” Churchill, “el juego del Cádiz es un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”.
Domingo de resurrección. Rendía visita el CD Castellón, el equipo de mi ex novia Mari Puri, o sea, de la Plana. Tras el partidazo de hace dos viernes en el Stadium Van Gal Carranza registraba un ambiente ecológico, esto es, un medio ambiente. El duelo por todo lo bajo estaba servido y los dos equipos demostraron el porqué de su clasificación.
El partido comenzaba con los dos equipos respetándose mutuamente. Tanto, que los futbolistas de uno y otro bando se trataban de usted. Como muestra ofrecemos en exclusiva el diálogo entre Fleurquín y Paez para el lanzamiento de un saque de banda, que dejamos aquí reproducido por el bien de la humanidad:
Disculpe, ¿sí, dígame?, no pretendo importunarle pero ¿tendría la bondad de apartarse un instante ya que me dispongo a realizar un saque de banda?, de ninguna manera, permítame que la saque yo. Insisto, haga el favor. No, no, no, no, no, está usted en mi casa y ese comportamiento sería objeto de reprobación. En todo caso, que sea el Juez de la contienda quien resuelva esta cuita. Sea. Agradecido. Y emocionado.
Y claro, así no hay manera. Total, que entre el sopor del juego y el calor que ya iba haciendo el partido estaba resultando más espeso que dos cucharones de cola cao en un dedito de leche.
Durante la primera parte Casilla y LLedó fueron meros –sin intención de ofender- espectadores. El partido estaba resultando de poder a poder: de poder irse al cine a poder irse a ver el resucitado.
Pero todo cambió en el minuto 32 –la edad de Cristo cuando tenía treinta y dos-. Abraham bota un corner más pasado que un plátano de cuatro semanas, despeja la defensa orellut y el balón llega a Cifuentes que centra para que José Julián de la Cuesta desvíe con intención al fondo de la red. Golazo del colombiano que festejó de forma rara a la par que extraña, sin duda motivado por su falta de costumbre. El espigado central cuajó un partido como el café de Juan Valdés, de categoría.
Tras el gol, llegaron los mejores momentos del equipo cadista e incluso pudo venir un segundo en una parábola de Toedtli, muy propia de estos días de recogimiento espiritual, que salió lamiendo slups, slpus, el larguero.
Tras el descanso fue el equipo de Tintín Márquez, dirigido en Carranza por Milú Garitano, quien salió a por todas intentando demostrar que no es el equipo más malo de la categoría. Aunque demostró que sí, que lo es.
No obstante lo cual, el partido estuvo más abierto y ambos equipos tuvieron algunas ocasiones.
Así las cosas en el minuto 59 el CD Castellón demostraba que estaba lejos su rendición dando entrada a Bleda. Sí, rendición y Bleda juntos, ¿qué pasa?
Espárrago, por su parte, dio entrada a Ogbeche, que continúa de baja debido a una ingestión masiva de torrijas con miel y que mostró su motivación y su amor a los colores adornado su ensortijada melena con una cinta amarilla, cual matador de toros en plaza de tercera, cosa que sería de agradecer si además corriera, luchara, y apoyara a sus compañeros.
Providencial estuvo Kiko Casilla en un pie a mano contra Palanca, que estuvo jibia tirando a chupón cuando tres compañeros mejor posicionados le acompañaban en la jugada y también le acompañaron hasta el centro del campo luego acordándose de sus ancestros.
El Cádiz también pudo marcar en un par de ocasiones, especialmente en un centro de Enriquinho –en su salsa- que remató Rafita a propio larguero y en un disparo en el que el mismo Enriquinho –adobado- se encuentra como Gary Cooper en Solo ante el peligro, pero se precipita cuando lo fácil hubiera sido pararla, mirar la posición del portero, darle un toque al cigarro para tirar la ceniza y batirle por bajo ante el delirio de la grada. “Pues si era tan fácil haber bajado tú y haberlo hecho, listo”, declaró compungido a los medios.
De ahí al final, lo único que pasó fue tiempo.
Total, que los tres puntos se quedaron en casa y los cadistas salimos del estadio más contentos que Ricky Martin cantando “Living la vida, loca” con los Village People.
Por quedarnos con las cosas positivas, que hemos recortado puntos con los que están a punto… de caer, que Casilla bate un new World record y por segundo partido consecutivo deja su puerta como el arquitecto, a cero, y, sobre todo, que –por extraño que parezca- este año en Semana Santa ninguna cadena han echado Ben-Hur, La Sábana Santa ni Quo Vadis.
Es más, voy a decir una cosa que creo que es inédita: esta victoria puede ser un punto de inflexión. Se me ha ocurrido a mí solito. Ea.
Mucha suerte al Castellón, que con esta misma plantilla y unos cuantos fichajes que le recomiende Julio Peguero puede ser el rival a batir el año que viene en el grupo III de la segunda b.
En fin, que haciendo caso al sin par estadista, historiador, escritor y orador inglés habrá que intentar seguir descifrando la charada oculta en un ignoto jeroglífico que es el juego del Cádiz, que cuando juega bien pierde y cuando juega fatal tirando a Dios mío gana o empata. Pues por mí que sigan jugando así de mal.
A por el Betis manque pierda. Pues que pierda.
Abrazos cadistas.
José Manuel Ramos «Pichili»