Los partidos entre Cádiz y Real Unión de Irún llevan camino de convertirse en sinónimo de la palabra nervios y sufrimiento. Una vez más se enfrentaron ambos equipos para jugarse, esta vez sólo tres puntos, y las sensaciones que se han podido vivir en el Ramón de Carranza en la tarde de hoy han sido similares a aquellas vividas este verano en el playoff de ascenso.
El submarino amarillo, en una tarde calurosa, ha sabido llevarse una vez más el gato al agua y remontar un marcador adverso que le complicó las cosas en la primera mitad. Para más inri, tuvo que defender el marcador final con un hombre menos durante casi un cuarto de hora por la expulsión de López Silva por roja directa.
Los de Iñaki Alonso saltaron al terreno de juego con la intención clara de darle al Cádiz el balón y esperar, ordenados en defensa, aprovechar cualquier oportunidad que le diera la zaga cadista le diera. Juego enrevesado en gran parte de la primera mitad con un Cádiz que intentaba buscar algún resquicio que posibilitara a Ogbeche gozar de alguna ocasión. Fran Cortés no aparecía en el juego en los primeros compases y los balones que recibía el ariete nigeriano eran por alto, una batalla que tenía perdida debido a la altura de los centrales Alcalá e Iglesias.
Sólo un tímido aviso de Cifuentes en el minuto 11 con un disparo flojo y fuera desde la frontal fue el bagaje del Cádiz en los primeros veinte minutos de partido. La mejor jugada de los de Javier Gracia llegaba en el 23 con una bonita triangulación entre Fran Cortés y López Silva en la banda izquierda del ataque gaditano. Éste último ponía un bonito centro al segundo palo pero en el área pequeña estaba el meta Jauregui que, con la punta de los dedos, rozó los suficiente para desviar el balón y que Enrique no llegara al mismo cuando entraba completamente solo en el segundo palo.
Era sin duda una ocasión de oro para haber inaugurado el marcador pero fue la que vino inmediatamente después la que sirviera el Real Unión para adelantarse en el encuentro. Jugada por banda derecha de Goicoetxea, llevándose el balón con la mano para centrar a Abasolo que, en el área, fusilaba a Casilla tras controlar el balón poniendo el 0-1.
Todo el mundo temía que el equipo se desdibujara en los minutos siguientes, como ya ocurriera en otros encuentros, pero no fue así. El Cádiz se fue rehaciendo de ese golpe y poco a poco volvía a tomarle el pulso al partido. Cinco minutos después del gol Álvaro Silva peinaba un còrner en el primer palo y Jauregui, con las piernas, salvaba el empate.
Poco duró la alegría para los vascos porque en seguida iba a llegar el que sí sería el tanto de la igualada. Jugada tras un córner y en la que López Silva aparece por la derecha para, con su pierna buena y con el exterior del pie, poner un centro al segundo palo donde Fran Cortés cabeceaba picando el esférico para conseguir la igualada. El Cádiz había dado el primer paso para lograr remontar el partido.Se iba al descanso con las tablas en el marcador y con la sensación de que aún quedaba mucho por jugarse en el césped del Ramón de Carranza.
Iniciado el segundo período los rojinegros dieron un paso hacia delante, algo que quizás sorprendió al Cádiz en los primeros minutos. Álvaro Silva, de nuevo de cabeza gozó de una buena ocasión tras un saque de esquina. La maquinaria defensiva de los irundarras se iba engrasando y su juego se iba convirtiendo un poco más duro, ante un Trujillo Suárez demasiado blando a la hora de juzgar las constantes faltas de los de Iñaki Alonso.
El conjunto gaditano seguía intentando poner cerco a la meta de Jauregui y Ogbeche avisaba con un tiro desde la frontal que rechazaba la defensa en última instancia. Fue la antesala del segundo gol amarillo. Javier Gracia dio entrada a Nano por Enrique y sólo dos minutos después de que López Silva ocupara la banda que hasta ese momento había sido ocupada, sin mucho éxito, por el extremeño se produjo la jugada del segundo tanto. Una falta cometida en la banda derecha del ataque del Cádiz fue sacada con rápidez y el balón llegaba a López Silva que de nuevo volvía a convertirse en asistente de gol dándole un balón de oro a Bartho para que este, de cabeza, culminara la ansiada remontada.
Quedaba media hora para finalizar el encuentro y el Real Unión puso toda la carne en el asador con Gorka Brit para acompañar a Goicoetxea en el ataque. La acción que pudo cambiar el signo del partido se producía en el minuto 81 de partido. López Silva intenta zafarse de Gurrutxaga cuando éste intenta quitarle el balón de las manos tras una falta y el onubense suelta un brazo que impacta en el jugador rojinegro. Una acción que era la consecuencia de las muchas que el lateral vasco había protagonizado siendo él el infractor sin que el árbitro le amonestara. En este caso, no dudó en expulsar a López Silva y el Cádiz se quedaba con diez hasta un final que resultaría agónico.
El propio Gurrutxaga pisaba a Fran Cortés tras una falta cuando el gaditano se encontraba en el suelo doliéndose y tampoco nadie del equipo arbitral vio nada. Eso encendió a la hinchada cadista, que ya llevaba bastante tiempo animando a los suyos con cánticos, para cargar contra el lateral rival.
El Real Unión propuso un juego hasta entonces de hasta cinco jugadores en punta buscando remates que llegaran desde la banda. La defensa cadista supo solventar esos inconvenientes en todo momento. Incluso pudo hacer algún más el Cádiz si un contraataque de Ormazábal hubiera sido culminado con más acierto por el argentino cuando se encontraba solo ante Jauregui.
El marcador ya no se movería y el Cádiz conseguría tres valiosos puntos en un encuentro que tuvo poco fútbol y sí mucha intensidad y acciones demasiado violentas por parte del cuadro de Irún.
Ahora toca pensar en Castellón y en sacar algo positivo de ese desplazamiento para seguir incrementando el casillero de puntos.