Fue uno de los estandartes del equipo la pasada temporada en Segunda B y lo está siendo también en esta en LaLiga 1|2|3. Aridane Hernández está siendo un jugador importante de este Cádiz en su regreso al fútbol de plata del equipo y en su debut personal en dicha categoría. Hoy ha pasado por los micrófonos de Play Segunda de la Cadena SER, donde ha hablado de cómo está siendo la temporada y el sentir de la afición. “Llegué la temporada pasada. Estábamos obligados a subir por la afición que teníamos y ahora estamos muy cómodos en la clasificación. La afición y toda la gente en Cádiz está muy contenta. Los jugadores no podemos pisar Cádiz porque con lo contenta que está la afición es un continuo agobio, pero mejor que sea así que no al revés”.

Una afición que, como él mismo explica, es especial. Para lo bueno y para lo malo. “No había vivido una cosa igual. La afición aquí vive el fútbol de otra manera. Tanto para lo bueno, que es muy buena afición, como cuando las cosas se complican también es complicado de llevar. Pero al fin y al cabo te tienes que adaptar a lo que hay”.

No fueron fáciles sus inicios como cadista y atrás quedan tardes complicadas en las que la grada no aprobaba su juego sobre el césped.  “Al principio no encajé muy bien en la afición. A la gente no le gustaba cómo jugaba, pero a través del trabajo y la constancia he conseguido que la afición esté conmigo. Ahora me apoya siempre. Cuando llegué no lo tuve fácil, pero sabía que iba a jugar. Y ha sido así. He trabajado duro. También he tenido mis días tristes, pero he revertido la situación. El trabajo da sus frutos”.

Preguntado si se imagina un ascenso a primera como jugador del Cádiz, lo sueña pero ahora prefiere tener los pies en el suelo. Eso sí, no se le olvida lo ocurrido en el Rico Pérez de Alicante. “No me lo imagino, pero cuando subimos ante el Hércules fue todo muy bonito. Si vivo un ascenso a Primera sería lo más bonito del fútbol”.

El Cádiz ha ido de menos a más en las últimas jornadas y para Aridane el secreto es fácil. “La clave es el vestuario. Cuando vienen rachas malas hay que estar juntos. Cuando un vestuario se divide no se sale de esa situación. Todo ha sido estar unidos, seguir trabajando, hacer nuestro juego, tener las ideas claras… ese es el resultado de estar ahí”.

Tuvo buenas palabras hacia un compañero como es Ortuño, que también está pasando por un momento dulce. “Ha jugado en equipos muy buenos y es un jugador diferente. Nos da mucha vida ahí arriba. Cualquier pelota que le damos él te la hace buena. La cubre bien, juega de espalda y además tiene gol”.

Y, como no, también hacia Cervera. “Nos ha inculcado sus ideas y nosotros las hemos plasmado en el terreno de juego. Al final lo que cuenta es tener dos o tres ideas claras e ir con ellas a muerte”