No rendirse no es una opción para el equipo de Álvaro Cervera. Desde principios de temporada, la consigna no ha sido otra que no negociar la pelea. No hay oferta, solo demanda de corazón. El juego será más o menos vistoso, pero son evidentes los coloretes de guerra que se pintan en sus mejillas los jugadores amarillos sobre el verde. Vistoso o no, el coraje se termina coloreando siempre de una manera u otra.

Con la del pasado sábado, el Cádiz sumó su cuarta remontada en lo que va transcurrido de temporada. Cuatro veces que ha sido capaz de dar la vuelta al marcador, sacando doce puntos a base de orgullo y fe. Tan solo una vez ha logrado una igualada tras ir por debajo en el marcador, en Tenerife, marcando Gorka Santamaría en el descuento.

En la decimoquinta jornada llevó a cabo el conjunto gaditano su primera remontada de la temporada, ante el Alcorcón. El cuadro alfarero se puso por delante en el minuto dos con un extraño gol de Bellvís, remontando Ortuño, Aitor García con un golazo, Salvi y de nuevo Ortuño para poner el cuatro a uno en el luminoso. Primera y contundente remontada.

La segunda se produjo en el Nuevo Arcángel de Córdoba el 11 de diciembre, superando todos los obstáculos que propuso el partido. Un penalti más que dudoso de Sankaré sobre Rodri se convirtió en el uno a cero, rebelándose los de Álvaro Cervera minutos más tardes con un doblete de Ortuño y un golazo de Aitor García desde la frontal del área.

Comenzó el año 2017 con una remontada cadista, con sello jerezano. En el Martínez Valero de Elche, Pelayo adelantó a su equipo en el minuto catorce, empatando Ortuño al borde de la media hora y adelantando Dani Güiza a los amarillos en el 82. Armando, de cabeza, puso las tablas en el 87. De nuevo Dani, empeñado en empezar el año con victoria, puso el 2-3 al borde del final. Más que fútbol.

El sábado se cerró ante el Mirandés la cuarta vuelta al marcador de los hombres de Álvaro Cervera en lo que va de campaña. Guarrotxena sorprendía a la parroquia cadista en el quinto minuto del duelo, anotando de cabeza a la salida de un córner. Tirando de corazón, Abdullah puso el empate a pase de Salvi, empujando un pase de Aitor en el área pequeña Alfredo Ortuño, con el pecho, para evitar que los tres puntos volaran del Ramón de Carranza.