El Cádiz comenzaba con un dibujo algo diferente el partido en Oviedo, prescindiendo de un mediapunta nato y dejando la banda izquierda para Imaz, la derecha para Salvi siendo Álvaro García un falso nueve por detrás de Alfredo Ortuño. Llegó a sorprender al rival con esa variación y los de Cervera encontraban huecos en el centro que eran aprovechados con pases directos. Se vio a un Cádiz dinámico y veloz en el primer tramo del encuentro.

Llegaba el tanto de Salvi que adelantaba a los amarillos pero la lesión poco después del sanluqueño trastocó todo lo iniciado. Cervera optó entonces para sustituirlo por Eddy formando un trivote en el centro del campo con Abdullah más adelantado que la pareja formada por el almeriense y José Mari. No funcionó, ya que el Cádiz perdió esa velocidad y esa claridad que había tenido hasta entonces.

El gol del empate del Oviedo al filo del descanso y el segundo poco después de reanudarse la segunda mitad acabó de cortocircuitar el juego cadista. Ya por detrás en el marcador estaba obligado a crear y ahí sabemos que no está su punto fuerte. A pesar de que en la recta final entraron Aketxe y Aitor García, fueron muy pocas las ocasiones en las que consiguió llegar al área rival y ninguna de ella con claridad.