Los goles de Migue y Amarilla sentencian al equipo racinguista.

Foto: portalcadista.com

El filial cadista superó al Racing Portuense a base de contundencia y eficacia para aprovechar mejor sus oportunidades en un partido donde ambos equipos demostraron el por qué de su situación clasificatoria aunque la mayor calidad de los cadistas se impuso al empuje y las ganas de los locales.

La presencia de los balonistas Dani Hoyos y Montoya en la medular amarilla es la nota más destacada del once titular de un Ángel Oliva que parece pensar más en la próxima temporada e ir contando con los nuevos valores del Balón.

El partido comenzó como era de suponer en dos equipos de la zona baja de la clasificación. El Cádiz B y el Portuense apostaron por el balón aéreo y el contacto físico más buscando el error del rival que el acierto propio. En el minuto 7 llegó la primera oportunidad del partido con un lanzamiento fuerte desde la frontal de Dani Hoyos que despejó el meta rojiblanco sin dificultades. Los portuenses lo intentaban a balón parado y con pases largos mientras que los gaditanos lo hacían a la contra pero con poco éxito en ambos equipos lo que se traducía en un partido de mucha pelea, mucho contacto físico pero escasa calidad.

Con el paso de los minutos el equipo rojiblanco se imponía en el juego aún sin apenas llegada hasta el minuto 23, cuando el ariete Adrián no supo precisar el remate tras el centro de José Antonio. Diez minutos después, un córner lanzado desde la derecha no fue aprovechado por Toboso para fusilar a Ricardo. En la siguiente jugada se produjo una acción clave para el transcurso del partido. El local Juanca tuvo que agarrar a Rubén Pérez cuando éste se disponía a encarar en solitario al meta Paredes. La consiguiente falta desde la frontal fue magníficamente lanzada por Migue al palo del portero para colarse en la portería tras impactar en el poste. Poco después pudo llegar el 0-2 pero Dani Hoyos no precisó suficientemente su lanzamiento desde la frontal que el balón se marchó desviado. El Portuense lo intentó con más corazón que cabeza pese a la inferioridad numérica pero se llegó al descanso con la ventaja mínima para los cadistas.

La segunda parte comenzó con superioridad rojiblanca y sustos para el filial. Un centro-chut del extremo local José Antonio, el mejor de su equipo, fue a impactar en el larguero de Ricardo. Pocos minutos después respondió el B con un lanzamiento de falta de Migue que sacó con dificultades el meta racinguista. En el 54, los aficionados locales se encresparon con el colelgiado por convertir en falta un posible penalty de Rubén Díaz. A partir del cuarto de hora de la segunda parte el partido se igualó, sobre todo por la pérdida de fuelle de los locales. En el minuto 65 llegó la siguiente aproximación cadista y otra vez vino de las botas de Migue, el gran caudal ofensivo de los amarillos en este partido. Un fortísimo lanzamiento suyo desde el interior del área se estrelló en la escuadra de Paredes.

En el minuto 82 apareció nuevamente el colegiado Fernández Delgado para expulsar a Pecci por hacer una falta. Lo sorprendente del caso es que, por lo visto, le tenía guardada una tarjeta de un lance anterior con lo que el lateral cadista se encontró al instante con una doble amarilla. Lo que no le pase al Cádiz B con los árbitros... Pese a la igualdad numérica el partido quedó sentenciado unos minutos después cuando Diego aprovechó un error de su lateral para quedarse solo en banda derecha. Su pase de la muerte solo tuvo que ser empujado por Amarilla a la portería para acabar con las esperanzas de un Racing que mucho tendrá que sufrir para mantener la categoría, algo que virtualmente tiene conseguido el filial cadista después de esta importante victoria.