Espárrago repitió la alineación de copa (salvo los cambios obligados de Armando y Mario Silva, más la entrada de Enrique en el once) sabedor de que si las cosas funcionan no hay por qué trastocarlas. Una victoria (por fín la número 100 en Primera División) de las que gustan saborear: con sufrimiento. Pero en Carranza incluso el sufrir es especial. Un estadio lleno a reventar animando a los suyos como si la vida le fuera en ello. Espectacular, como siempre, la afición.

Hace unas semanas, comentaba aquí mismo que hacía falta algo para reactivar al equipo. Ya fuera una victoria, fichajes, cambios en el once. Lo que fuera. Lo cierto es que dos de esos factores han sido los que han propiciado esta reactivación. La victoria y el juego desplegado ante el Sevilla con unos hombres no habituales en la alineación, han dado alas al equipo en forma de unos ánimos renovados para el nuevo año. Ánimo y saber tener la cabeza fría son nuestras mejores bazas para conseguir el difícil reto de la permanencia. Y hoy el Cádiz, a pesar de tener un equipo enfrente que apretaba lo suyo, ha sabido mantener el tempo del partido y hacer valer el gol de un revitalizado Mirosavljevic para hacerse con los tres puntos.

Ahora a pensar en el partido ante el Málaga en el que puntuar sería una gran noticia para nuestros intereses.