Finalmente en la jornada de hoy se vendieron todas las localidades. El lleno fue total, pero la conjunción grada – equipo y viceversa no fue del todo fructífera el último cuarto de hora de partido, cuando algunos aficionados en escapada le dieron la espalda al equipo y después esos mismos aficionados serán los que se den golpecitos de pecho diciendo que son más cadistas que nadie, pero hoy, con dolor de mi corazón tengo que decir que no lo han demostrado.

Pero es que esto ya está pasando desde hace varios partidos. ¿Acaso la afición se está aburguesando y solo se acostumbran a las victorias y a los buenos momentos? Parece que hay muchas personas que no le queda claro que el sino del Cádiz es el sufrimiento hasta última hora y que tenemos que autoconvencernos de que debemos acudir al estadio a disfrutar, porque al fín y al cabo… “el resultado nos da igual”. Que va, no es así.

Este espaldarazo al equipo pone en evidencia la carencia de gargantas y bufandeo de la grada en momentos difíciles. Lo siento mucho por los que se marcharon antes del estadio (sus razones tendrán), pero tanto a mí, como a otros muchos aficionados partido tras partido nos gusta darle nuestro caluroso homenaje a los jugadores que han estado defendiendo la camiseta de nuestro equipo y hoy que es cuando más apoyo debería recibir, tras el vendaval rojo que ha pasado por Cádiz, es cuando más solo se ha visto en la grada al final del partido.

Éste partido lo habrá ganado por goleada el Sevilla, pero cuando nuestra afición en general podía haber dado muestra de lo que verdaderamente supone para el Cádiz, coge, agacha la cabeza y como si tal cosa…

Si con algo me tengo que quedar de éste partido es con el frío y a la vez caluroso homenaje que recibieron los jugadores al final del partido por parte de los que estábamos allí presentes. La semana que viene toca de nuevo vernos las caras en nuestro “teatro de los sueños”. Gracias a todos.