La clave: Inteligencia Emocional
Autoconciencia: Observación de si mismo y reconocimiento de los propios sentimientos Espárrago sabe transmitir tranquilidad y canalizar debidamente las emociones La administracion de emociones tras lo de Pontevedra, fue crucial la temporada pasada. La fiesta de Chapín fue fruto de la motivación de la plantilla Otros deben estar más nerviosos que los nuestros
Víctor Espárrago comentaba tras el partido del sábado que estos tres puntos, además de su importancia como tales, iban a ser cruciales para llevar una gran inyección de moral y de tranquilidad a la plantilla. No puedo estar más de acuerdo con él. Era palpable que la tensión vivida estás últimas semanas en todo el entorno amarillo hacía patente que el desasosiego estaba instalándose en las mentes de muchos y que esto no podía traer nada bueno. Una de las consecuencias fue la traducción de esa tensión en “mal rollo” que hicieron algunos a lo largo de la semana pasada y que, tanto el cuerpo técnico como jugadores, ha sabido enseñarnos cuáles eran realmente esas sensaciones que se vivían en el seno del vestuario cadista. A ver si para la próxima vez no cometemos el mismo error y sabemos observar de una manera correcta esos sentimientos y somos capaces de valorar correctamente esos sentimientos.
Administración de emociones: Manejar los sentimientos en forma apropiada, percibir que hay detrás de un sentimiento; utilizar medios para manejar la ansiedad, los miedos, rabias y euforias.
A partir del momento que termina el último partido, el esfuerzo psicológico debe ir orientado en este aspecto tan importante. Hay que huir de euforias después de una victoria como la del sábado y trabajar de manera consciente sobre lo que todavía queda por lograr y que es aún muchísimo. Mantener la cabeza fría y saber calcular la importancia precisa de cada enfrentamiento será indispensable de aquí a final de temporada. Ya se sabe que en el fútbol cada partido es una historia y que todo lo vivido la jornada anterior vale bien poco para la siguiente.
Motivarse a sí mismo: Dirigir las emociones hacia una meta; autocontrol emocional, retrasar las gratificaciones menores en función de lograr otras más significativas; controlar impulsividad.
Otro aspecto que hay que tener presente. Tener claro cual es la meta final: la permanencia. A veces se han perdido puntos esta temporada por querer ver como última meta el partido que se estaba jugando y no apreciar en un momento dado un empate como un buen resultado cuando un punto era una buena recompensa para la meta más significativa de permanecer un año más en Primera División. Además, estas circunstancias a veces ha producido esa falta de control de impulsividad. Mantener la mente fría mientras se consigue la motivación necesaria es vital para lograr la merecida recompensa final.
Empatía: Mostrar sensibilidad hacia los sentimientos y preocupaciones de otras personas desde su punto de vista, apreciando la diferencia sobre como sienten los demás diversas situaciones.
Los demás equipos también tienen sus problemas y tenemos que ser conscientes de que esos problemas son mucho peores que los nuestros. Su estado de ansiedad nos debe estar a nuestro favor ya que ellos tienen presiones añadidas: mayor presupuestos, fichas altas cuya viabilidad peligran con un descenso, equipos que nunca han pisado la Segunda División en su historia, etc, etc. Esa presión es ya latente en muchos de esos equipos. La muestra de ello son los cambios de entrenadores que no han dado el resultado esperado, las críticas desde los medios y de sus aficionados, insultos de presidentes, etc, etc. Hay que tratar de canalizar esa presión hacia ellos y descargarla de nosotros. Ellos tienen que ser presa de los nervios y las ansiedades y nosotros aprovecharnos de esas circunstancias para que toda esta Inteligencia Emocional juegue siempre a nuestro favor.
Ya la temporada pasada pudimos comprobar cómo nuestro equipo utilizó este término psicológico para canalizar y administrar momentos difíciles de la temporada del ascenso: baches de derrotas o robos arbitrales como el de Pontevedra. El equipo siempre salió fortalecido de todo eso y fue capaz de lograr la recompensa final del ascenso. Por eso estoy convencido de que este año volveremos a conseguirlo.
