Es un reto complicado, pero un reto al que están acostumbrados los aficionados, por eso hoy hay que estar más unidos que nunca.

Es normal que pueda cundir la desesperación: el peor equipo de la segunda vuelta, el menos goleador, el que crea menos ocasiones de gol... Pero hay una cosa en la que ningún otro equipo nos puede ganar: ilusión.

No creo que sea el momento de cambios bruscos, quizás ni tan siquiera de rotaciones, debe comenzar una era de tranquilidad y sosiego para que todos los estamentos del club estén centrados en la consecución de la permanencia yendo partido a partido.

Alavés y Mallorca son dos partidos claves que se van a jugar en apenas cuatro días. Conseguir la victoria ante esos dos rivales directos sería meterse en el bolsillo un 33 por ciento de la permanencia. El mes de marzo debe acabar con 31 o 32 puntos en el casillero cadista, e incluso si puede ser, 34, lo que significaría encadenar por primera vez en esta temporada tres victorias de manera consecutiva.

Todos somos una gran familia. Como en toda casa de vecino hay problemas, malos momentos e incluso ganas de tirar a alguien de los pelos, pero hoy más que nunca hay tenemos que demostrarnos que todos buscamos un sueño que todavía puede ser realidad. Que nadie vea al Cádiz en el cajón sin todavía haber caído.