Es complicado que esa sorpresa sea el Cádiz, estando a ocho puntos del ascenso tendríamos -evocando a la calculadora de mi amigo Manolo Granado- que ganar 13 partidos de los 16 que quedan para lograr subir de categoría llegando a los 75 puntos. Para la permanencia la cosa es diferente, tan sólo empatando los partidos que nos quedan hasta final de liga se conseguiría la permanencia. Sin duda continuar un año más en Segunda ya es todo un alivio si recordamos el inicio de liga donde más de uno comenzamos a mirar al pozo con mucha preocupación.
Ahora hay tiempo por delante para planificar la próxima temporada. Una vez que se consiga la permanencia, o estemos a punto de ello, habría que ponerse manos a la obra para conseguir realizar un proyecto ambicioso y realista. De nada van a servir las verdades a medias o las medias verdades. Si realmente los accionistas mayoritarios apuestan por poner toda la carne en el asador, la afición no le va a dar la espalda y va apoyar el proyecto buscando recobrar la ilusión. A las cosas hay que llamarlas por su nombre y no buscar excusas. Este está siendo un año que se debe olvidar y terminar pronto, para que a mediados de junio con un capitán de barco como Antonio Calderón, se consigan corregir fallos y buscar aciertos. Si todos queremos, hay motivos para seguir soñando, aunque sea para la próxima temporada.

José Grima
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