Yoni Weiss / PortalCadista.com

Difícil, muy difícil resulta hacer un análisis de esta jornada ya que tras el partido he podido comprobar charlando con varios cadistas que las sensaciones que ha dejado el Cádiz C.F. esta tarde están sumamente encontradas. Por un lado el trabajo y la pelea hoy ha estado a la altura de las exigencias, por el otro lado las ocasiones o jugadas de gol por parte cadista han brillado por su ausencia.

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Pero comencemos por el principio. Para mí el error grave del Cádiz hoy ha comenzado por la elaboración de la convocatoria. Me preguntaba una y otra vez ¿Cómo era posible hacer una convocatoria con 4 delanteros centro y sin ningún hombre de banda? Máxime cuando de sobra sabemos que ni Kosowski ni Enrique son capaces de aguantar los 90 min. a un alto rendimiento. Entendía que Fran Cortés podía ser válido para cubrir alguna de las dos bandas en caso de necesidad.

Después del partido, viendo al Balón Aficionado, me han abierto los ojos y le he encontrado sentido a ese error que yo detectaba en la convocatoria. Fran Cortés, de haber sido alineado, hubiese tenido su 5º partido y eso hubiese tenido consecuencias en forma de contrato profesional y ya sabemos, aquí siempre prima más lo deportivo…

Hecho ese primer inciso, entro ya de lleno en lo que ha ocurrido sobre el verde tapete de Carranza. El Cádiz salió muy enchufado encimando al rival y manteniendo una presión sobre la salida de balón del equipo Gijonés. Lástima que esa presión no diera sus frutos en forma de ocasiones claras de gol. El Arbitro quiso desde pronto erigirse en protagonista y empezaba desquiciando poco a poco a los amarillos que veían como le pitaban faltas que cuando eran en la otra dirección no se pitaban. A todo esto, los sportinguistas se empleaban con excesiva dureza y cazaban a todo lo que se movía de color amarillo. El polaco Kosowski era cazado en la banda izquierda y anduvo algunos minutos renqueante. A Natalio le tiraban a dar y se libraba por lo escurridizo del jugador valenciano. A Enrique empezaban a cogerle la matrícula en continuas faltas hasta llegar a la jugada determinante y detonante de lo que llamaremos “la persecución”. Contragolpe del Cádiz, la pelota se queda suelta un metro dentro del área, Enrique mete la punterita para salvar al portero gijonés y este lo barre con una claridad que todavía no entendemos que pudo interpretar el árbitro o el asistente. Es tan claro que si el árbitro hubiese entendido que Enrique pretendía engañarle hubiese mostrado cartulina amarilla al 8 cadista. A partir de esa jugada y de nuevo faltita tras faltita, Enrique a punto estuvo de ganarse el camino de los vestuarios pero sin sustitución, ya que tras ver una tarjeta en una jugada posterior al penalti, no paró de increpar al asistente diciéndole en varias ocasiones las consabidas siglas de H.P. (Hewlett-Packard). Al final tuvo que dejar al equipo lesionado y tras varias peticiones al banquillo por parte de sus compañeros. Mientras, el árbitro seguía a lo suyo, mirando para otro sitio cuando un jugador gijonés tocaba el balón con la mano en un salto con De La Cuesta y con una particular perspectiva de ver la misma falta cometida por diferentes camisetas. A todo esto, decir que el Cádiz seguía sin probar las cualidades del portero visitante.

La segunda parte fue un poco más de lo mismo. El árbitro continuaba con su particular trabajo de acoso y derribo en contra del equipo gaditano y los visitantes a mandar balonazos hacia sus delanteros. El partido cada vez se tornaba más bronco y de pronto el denegro pensó que de nuevo era momento para significarse. Una entrada lateral de Miguel García cortando un avance gijonés, era convertido de color por el trencilla. De ser una clara cartulina amarilla pasó a ser Roja Directa ante el estupor de la grada y de los jugadores cadistas que no podían creérselo. Luego llegaron los primeros cambios para reorganizar el centro del campo que había empezado a hacer aguas y más tarde una genialidad del pequeño Diego Castro terminó por dilapidar las ilusiones de encadenar una 3ª Victoria. De ahí al final, mucha intención por parte cadista aunque de nuevo llegaron dos ocasiones a la contra del Sporting que desbarató con solvencia Contreras. La lentitud de Natalio en una ocasión y de Manu Barreiro en otra privaron al Cádiz de lograr un más que merecido punto en Carranza ante un Sporting que no demostró ser candidato al ascenso. Por Cádiz han pasado equipos de la mitad de la tabla para abajo que han demostrado tener mucho más fútbol que los asturianos, pero en eso del fútbol prima más la practicidad. No quiero dejar de comentar una feísima entrada que hacía Barral sobre Contreras casi a final del partido y que no solo se quedó sin sanción sino que ni siquiera se señaló falta sobre el cancerbero cadista. Creo que de haber tenido un arbitraje imparcial el Cádiz no hubiese salido derrotado hoy de Carranza y que el árbitro se significó tanto en las grandes acciones como en los pequeños detalles. Puede ser casualidad, pero los dos arbitrajes más desastrosos que hemos sufrido esta temporada han sido justo ante el Sporting de Gijón. Pero ya se sabe, cuando los de negro no quieren…….

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