Yoni Weiss / PortalCadista.com

Ahora que se acerca el Festival de Eurovisión más “peculiar” que se recuerda, me viene a la memoria aquella cantante que participara descalza en el único Festival celebrado en España. Sandie Shaw participó con su canción “Puppet on a string” o “Marionetas en la cuerda”. Entre el título de esta canción y el “esperpento premeditado” que supone la próxima actuación del Chikilicuatre se me viene a la cabeza el paralelismo que me resulta con la situación actual en la que se ha situado el Cádiz C.F. a la conclusión de esta jornada.

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Esperpento es el mejor calificativo que se me ocurre para denominar la temporadita que nos están dando los “profesionales” tanto los que se visten de corto como los distintos miembros de los cuerpos técnicos que han ido desfilando por el banquillo cadista.

No es de recibo que estemos bailando en la cuerda floja con la plantilla que tiene y que ha tenido el Cádiz a lo largo de la temporada. No es de recibo que tanto Antonio Calderón como Raúl Procopio piensen que la solución de este equipo sea la de proponer el anti-fútbol que nos ofrecen semana sí y semana también la dupla Fleurquin-Bezares. La cuerda se va aflojando semana tras semana y cada vez está más cerca la pérdida del equilibrio que nos haga a día de hoy temernos lo peor.

Da la sensación que los dos últimos entrenadores de esta temporada se han comportado como “Marionetas en la cuerda” a las que antes hacía referencia, porque hay decisiones técnicas que nadie entiende.

Yo sé positivamente que hay jugadores que por su forma de interpretar el fútbol no conectan en demasía con la grada, pero creo que esa forma de jugar que han mostrado con la camiseta amarilla es la misma que han demostrado en toda su carrera deportiva. ¿Qué Gastón no lucha?... Efectivamente, él ha reconocido que la pelea no es su estilo de juego y que necesita de otro delantero de referencia para sorprender. ¿Qué Parri no termina de romper?... Pues es difícil estar en un carrusel de “ahora juego, la próxima semana ni convocado”. Son jugadores de clase que necesitan una regularidad que aquí no se le ha dado. Es imposible que jugadores que siempre han destacado en sus equipos lleguen al Cádiz y queden en el olvido.

Si lo que se trata es de aburrir a los jugadores que vinieron contratados por Baldasano, Antonio y Raúl están cumpliendo a rajatabla. Y toda esta situación tiene un único responsable, el mismo que desmembró al equipo en el mercado invernal vendiendo a un Lucas lobos que queramos o no era el único jugador del equipo capaz de desnivelar un marcador por sí mismo.

Recuerdo a un asiduo tertuliano radiofónico llamado Manolo Rodríguez que tras la llegada de Raúl Procopio se congratulaba de que con él llegaría el fútbol ofensivo. Que era un entrenador valiente. Pues bien, pasadas seis jornadas solo puedo decir que “valiente mierda” de fútbol el que nos propone nuestro Cádiz y que de nuevo las marionetas vuelven a bailar en la cuerda.