Yoni Weiss / PortalCadista.com

Se ha consumado una nueva derrota en Carranza. Hora es ya de ir señalando a los culpables y que estos asuman su responsabilidad porque la nave se nos va a pique y aquí nadie parece decidido a coger el toro por los cuernos.

El reparto de papeles en esta mala obra no la voy a hacer de forma aleatoria o por orden alfabético. Se debe de repartir estopa por orden de importancia en este desaguisado en el que se ha convertido este club casi centenario.

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Empecemos por el máximo responsable y por ende, el mayor culpable de este circo, D. Antonio Muñoz Vera, presidente de la entidad. ¿Las razones?, muchas. La primera es por predicar una cosa y ejercer otra. La frase “aquí siempre primará lo deportivo por encima de lo económico” es la principal de sus muchas mentiras a esta afición que ya está harta de soportar arengas. No solo demostró lo contrario tras la salida de Lobos, Pavoni, Armando y Vella, sino que además, la cruz con la que ha marcado en la espalda a algunos jugadores hace que el entrenador marioneta de turno no tenga libertad a la hora de decidir alinear a los hombres más idóneos o al menos guardarse en la manga algún jugador que pueda suponer un revulsivo en un momento dado. Querer andar más rápido de lo que sus cortas piernas le permiten solo hace acelerar el proceso de declive en el que se encuentra inmerso el equipo. No se puede ni se debe hacer el intentar aburrir a unos jugadores que les sobra en la plantilla solo por el hecho de lo que cobran de ficha anual o porque no los haya traído usted, aunque alguno si haya llegado de su mano. No se puede porque precisamente este año se lo tiene que pagar religiosamente y sin embargo está privando al equipo de su concurso. ¿Qué pretende? ¿Echarles a la afición encima? ¿Cargar las culpas contra los que no juegan y por tanto no son los que pierden los partidos? La verdad es que por día que pasa estoy más decepcionado de su gestión de la que usted tanto presume y de la que según sus palabras, de lo único que se hace responsable es de no venderla bien. Que pena que en la situación económica ya nadie lo cree, por lo que será difícil que alguien quiera cargar con el “bulto sospechoso” que usted está como loco por endosar.
Para más INRI usted decidió por dos veces no contratar a un entrenador de verdad y apostar por gente de la casa, baratita y sumisa que esté dispuesta a andar de rodillas y arrastrarse por 1.200 € al mes, desconociendo que saldrán por la puerta de atrás y con todo el crédito como entrenadores de futuro agotado. Ya le pasó con Oli, pero no aprende ni a la de tres.

Los segundos en apechugar con su porción de culpa son los dos entrenadores teledirigidos que han tragado carros y carretas y que no han sido valientes en revelarse ante la intromisión en su trabajo. Renunciar a jugadores de jerarquía es como mínimo para acusarlos como cómplices de una situación deportiva de lo más kafkaiana. No acierto a comprender como Antonio Calderón se queda haciendo el “sí bwana” mientras le desmantelan la plantilla llegando hasta a tener que alinear a un lateral zurdo por la banda derecha por no tener efectivos. No comprendo como se puede empecinar en el doble pivote defensivo que tan nefasto resultado le aporta al equipo. No puedo asimilar que Calderón no fuera lo suficientemente hombre para haber puesto firme a un vestuario que le estaba haciendo la cama una jornada tras otra.
De Raúl Procopio que decir. Sus paseos por las distintas emisoras de radio y televisión tras las dos victorias primeras sacando pecho han dado paso a intentar salir de esta situación de puntillas y sin hacer ruido no vaya a ser que alguien le reproche algo. No le he escuchado en ninguna declaración el asumir culpas de planteamientos tácticos erróneos. Ha seguido la línea marcada por su antecesor a sabiendas de que el muro estaba ahí, y que de seguir en línea recta se estamparía de pleno. Pues nada Sr. Procopio, cuidadito que el casco que le ha dado su presidente no está homologado y es de los chungos. Siga con el doble pivote defensivo y el centro de la defensa de cartón inconsistente, que va a batir el record de goles encajados en pocas jornadas. Siga haciendo calentar a Bezares en el minuto 80 de partido y con el marcador en contra no vaya a ser que lo necesite como revulsivo. Siga con los jugadores de sangre caliente, que verá como no es capaz de hacer ni una triangulación. Mucha sangre caliente pero la poca cabeza pensante pudriéndose en la grada. Siga así, que siempre estaremos mejor de lo que podemos estar a la jornada siguiente.

Por último, los que se visten de corto. Y quiero hacer especial hincapié en lo que significa esta frase. “Los que se visten de corto” porque a los que no juegan por razones extradeportivas, yo los exculpo.
No es de recibo que jugadores que son profesionales del fútbol no sepan hacer moverse a un balón que parece que tenga algo contagioso, ya que nadie lo quiere, y queda hoy una vez más comprobado que cuando alguien toma posesión de la pelota, sus compañeros se esconden para evitar que no le pasen el marrón. Unos jugadores que como dice mi amigo Jose Canario, se jactaron de predicar en un cutre-spot que “el domingo jugamos todos” pero que después se comprueba una vez más que la afición supo estar a la altura, ellos no. Eso sí, los capitanes siguen dando la cara por sus compañeros, mientras alguno se esconde de su propia responsabilidad. La afición ya dio un primer aviso el Lunes pero los apenas 30-40 que estuvimos en Carranza parece que no tenemos credibilidad. Bueno, no importa, la próxima comparecencia de aficionados será más numerosa y no nos conformaremos con buenas palabras. Y es que estamos convencidos de que “NO ESTAIS SIENDO HONRADOS”.