Bienvenidos a la 2ª B
Han tenido que pasar tres jornadas para encontrarnos con el auténtico fútbol de 2ªB. El partido del José del Cuvillo nos ha dejado la conclusión de que los equipos locales más adaptados a las condiciones de sus terrenos de juego son los que más van a hacer sudar a este Cádiz.
Hoy, los hombres de Javier Gracia han tenido que cambiar su filosofía de una mitad a otra. La primera mitad, dejó muy en evidencia a un centro del campo cadista que, pese a saber de memoria que Fleurquin y Bezares no son hombres de toque, se empeñó en jugar a la pelota pese a saber que ni el terreno era el propicio, ni el orden mostrado por los Portuenses dejaban plasmar ese tipo de juego. Sin centro del campo, sin bandas, sin ideas de cómo contrarrestar el orden táctico de los Racinguistas, caíamos una y otra vez en la perfecta red que trazaban los hombres de Alberto Ferri en el centro del campo. Y si inoperantes estábamos en el aspecto ofensivo, más nervioso nos mostrábamos en defensa. El Racing se marchó al descanso con una escasa renta de 1-0, merced a un gol de estrategia, que bien pudieron ser 2 si Casilla no se encuentra un balón que Sanlucar mandó a sus pies en un claro uno contra uno. Lo único destacable de esta primera mitad era la movilidad de Carlos Caballero que no dudaba en bajar hasta la espalda de los medioscentros para intentar darle sentido a la salida de balón. Como nota negativa, destacar una agresión de Casilla a Sambruno que ni árbitro ni asistente quisieron ver, aunque la vieron, y que podía haber sido determinante para el transcurso del partido.
La segunda mitad se iniciaba sin cambios, y como era de prever, sin reacción en el juego cadista. Todos los pases que intentaron Bezares y Fleurquin acababan en los pies de los contrarios y eso no era bueno para el equipo. En esto que a Mr. Gracia se le enciende la luz y decide hacer la primera sustitución. Bezares deja su sitio a Toedtli y el Cádiz retrasa a Caballero para situar a los dos puntas cadistas escalonados. El Cádiz comprende que no hay tiempo que perder, y comienza a practicar fútbol directo sobre sus puntas. El equipo amarillo comienza a tomar la iniciativa de forma más descarada, si bien el Racing no tiene ningún apuro en defenderse bien arropados y practicando el fútbol frontón, tan típico de esta división. Aún dominando el Cádiz, los portuenses tienen un par de claras ocasiones jugando a la contra, pero no llega a concretar. En uno de los corners cedidos por los locales, los amarillos hacen una peinada en el primer palo que Enrique acierta a mandar al fondo de la red local. En ese momento, la afición cadista, mayor en porcentaje, se despierta del letargo al que estuvo sometida hasta ese momento. Y es que no me explico como el mayor número de camisetas amarillas no se impuso en ningún momento a la animosa afición portuense, que no dejó de cantar en todo el partido. Nuevos cambios en el bando cadista hacían presagiar que definitivamente se iba a por el partido. Pero el dominio solo se decantaba en posesión de balón y no en ocasiones. Pero de pronto, otro nuevo corner y en esta ocasión Toedtli en vez de hacer la peinada hacia el segundo palo, lo hace hacia el fondo de la red. De nuevo la hinchada cadista se pone en pié para frotarse los ojos y celebrar algo que veía ya un poco lejos.
Y es que la rajada de Alberto Ferri en la rueda de prensa estaba cargada de razón. Primero porque si hoy el Racing hubiese tenido un “killer” en el terreno de juego, el resultado se me antoja diferente, y segundo porque el árbitro, que bajo mi punto de vista fue malo para ambos equipos, fue determinante en dos jugadas que debieron de acabar con dos jugadores menos en el bando amarillo.
De todas formas, me da la impresión de que Javi Gracia supo reaccionar a tiempo con los cambios, y que en esta división, más que en ninguna otra, las jugadas de estrategia son vitales a la hora de desatascar un partido. Hoy, los tres goles de estrategia
Próxima estación: Carranza. Próximo rival: Conquense. Que nadie piense en lo que viene después, ya que si pretendemos subir los escalones de dos en dos corremos el riesgo de caer en el más cercano. No empecemos con las cuentas de la lechera que esto no ha hecho más que empezar y ya hemos visto hoy que de fácil, nada.
Yoni Weiss