La Crónica Daltónica: Cádiz 1 - Écija 0

La Crónica Daltónica (desde otro color): Cádiz 1 - Écija 0

Bienaventurados los que nos copian, porque de ellos serán nuestros errores, que traducido resulta, el que la copia la mama. Aunque, como dijo Jesús a los fariseos, “el que esté libre de pescados, que vaya cerrando la tienda”.

Yo, por si acaso, voy a ir citando mis fuentes por orden de preferencia: la Fuente los Patos del parque genovés, antes de la masacre paticida; la Fuente de Puerta Tierra, en la que este año no me baño; la Fuente de las Cuatro Pollas, que es la que han puesto en el antiguo puente de San Severiano; y, por último, la Fontana de Trevi, donde el carajote de mi amigo Eduardo tiró un billete de veinte euros. “Es que no llevaba nada suelto”, declaró compungido a los medios.

La semana venía marcada por dos cuestiones que preocupaban enormemente a la afición cadista, a saber: las lesiones y buscar una mascota. Como para las lesiones el Cádiz dispone de un cuadro médico y no estoy yo por la labor de tirarles la primera piedra –que diría Mecano-, este humilde juntaletras tiene a bien proponer para la designación de mascota a los siguientes personajes:

“Olivillo”: un arbusto agarrado… a la tierra, que no pierde ni gota de aceite, y que acompañado de su hijito “Alpechín” van registrando marcas a su nombre por esos campos de Dios. Ya llevan 1910.

“Pavoncín, el rey del hermanamiento frito”: un pavo real con la bufanda del Cádiz que con los aplausos y flashes de las cámaras de foto despliega su cola multicolor formada con las banderas de todos los equipos con los que él mismo se va hermanando.

“Tontem”: un poste de madera indiota tallado con las caritas de Contreras, Nano, Yago-yao, Parri, Dani, Gastón Casas, Kosowski, Bangoura, etc., una encima de las otras y a 9,15 metros uno con un balón vestido de Abraham Plaff dándole siempre al poste.

El partido comenzó a las cinco. Lógico. Si hubiera comenzado a las cuatro hubiera cogido por sorpresa a todo el mundo ya que en la cartelería ponía que la hora de comienzo eran las cinco de la tarde.

El Cádiz saltó al terreno de juego con su atuendo habitual, o sea, al que ya le queda poquito. Como todo el mundo sabe, en esta semana se ha firmado con Diadora, que en griego significa “compartir honores y logros” y en gaditano significa charlatana (habla-dora). El Écija, comenzaba desde el vestuario la guerra psicológica y saltaba al terreno de juego vestido de distintos equipos: unos iban del Melilla, otros del San Fernando, otros del Linares…. Pero el Cádiz no cayó en la trampa.

El equipo gaditano salió decidido a por la victoria. Estaría bueno que salieran decididos a por la derrota.

El Écija no se lo puso fácil, jugó con los Siete Niños detrás dando bocados, un portero dos extremos y Luna, que estuvo bastante llena y al que le estaremos eternamente agradecido por fichar por el Almería y traer en su lugar a Oli. El equipo de Pedro Buenaventura estaba bien plantado y cuajó un buen encuentro en Carranza, con mucha seriedad en defensa, y buena circulación en el centro del campo, pero más romo en ataque que la flecha de un indio comansi. Lo que si se notó desde la grada es que a Pedro Buenaventura le vendría muy bien unas cuantas sesiones personales con su hermano Lorenzo.


En el minuto 30, jugada de Cristian que centra y Rubiato realiza una impresionante dejada que firmaría el propio Verdasco, para que Enriquinho solo sólo tenga que empujarla. Y lo hizo, menos mal. Gol del Cádiz.

A los pocos minutos Raúl López se une a la lista de bajas y es sustituido por David García que nuevamente entra sin calentar –es su destino cruel- y realiza un buen partido.

De ahí al descanso el Cádiz estuvo a verlas venir y el Écija a venirlas a ver.

Durante el descanso, mientras los colados de turno eran agasajados con canapies variados nosotros tuvimos la oportunidad de saborear un exquisito perrito caliente gratis por comprar una bebida que hasta el partido pasado valía cincuenta céntimos menos. A mí me tocó un simpático perrito que había visto jugar a Mágico González. Mi amigo Eduardo tuvo más suerte y le tocó uno que ya estuvo a punto de caer en el Cincuentenario del Trofeo que se celebró en Bahía Sur.

La segunda parte empezó como la primera, justo cuando pita el árbitro, pero con los equipos cambiados de campo. En el primer minuto, o sea, en el cuarenta y seis –paradojas del tiempo- Enriquinho pudo aumentar la distancia pero su disparo salió más desviado que un tabique de la Torre de Pisa.

En este tiempo el equipo astigitano llevó algo de peligro, pero más creado por pasecitos innecesarios de Cristian y salidas de puños de Casi-casillas que por méritos propios.

Cabe destacar dos goluys a balón parado en sendas faltas ejecutadas con maestría renacentista por David García y Dani Fragoso respectivamente, que se toparon con el larguero y otro trallazo al mismo palo de López Silva en gran jugada personal.

Fin del partido. Tres puntos para la buchaca y que pase el siguiente. El equipo amarillo se mostró como un líder más sólido que el pecho de La Masa. A algunos le pareció el partido aburrido, yo me distraje bastante…escuchando la final de la copa Davis por la radio. Que todos los partidos sean así de aburridos y terminen con el triunfo del Cádiz.

España conquistó la Ensaladera de Plata en el mar del ídem. El Cádiz, de momento ya tiene el comboy con el aceite y el vinagre. Vamos a por la sal.

Abrazos cadistas.

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