La Crónica Daltónica (desde otro color): Cádiz 3 - Marbella 3
Como decía Forrest Gump, “la vida es como una caja de condones, nunca sabes cuándo te va a tocar el picado”.
La semana empezaba movidita con un duelo espectacular entre dos mentes prácticamente igualadas, una disputa de inteligencia sin parangón entre un niño de San Felipe y Don Antonio ante los micrófonos de Onda Cero. Unos dicen que quedaron en tablas; los más, que ganó el niño por goleada; otros, que quedaron para que le explicara el proyecto; y otros, que no vuelve más. A partir de ahora, dejad que los niños se acerquen a mil… metros de mí, y menos los preguntones.
Yo me lo perdí porque tuve que acudir a una cita programada para revisión en el oculista en la clínica Astarté. El nombre le viene que ni pintado porque se termina astarte-te de esperar. A la media hora de llegar una simpática auxiliar me atiende muy amablemente. Reproduzco la conversación íntegra por el bien de la humanidad:
- Buenas tardes.
-Si, media hora tarde.
-¿Por qué compañía venía?
-No, yo vengo por Columela, Corneta Soto Guerrero, la Plaza de las Tortugas, cojo el 5, me bajo en el Corte inglés, cojo el 3 y me bajo en la rotonda.
-Muy gracioso. ¿De Asisa?
-Ehh, la sisa me tira algo, pero yo vengo por la vista.
-¿Sanita?
-Mmm… sanita, sanita… Esa es fácil: ¡Culito de ranita!
-¿Viene usted de particular, no?
- Si, si, el uniforme me lo he quitado en casa antes de ducharme, que hoy me tocaba.
Al final se portaron muy bien y no fue nada. Bueno, fueron 70 euritos más 0,25 de aumento en cada ojo. Con las castas de la edad.
Tarde fría, ventosa y desapacible en Carranza. Rendía visita y pleitesía el Marbella, un equipo que vestía de riguroso luto como homenaje a todo lo que se han llevado de las arcas municipales del bonito pueblo costasoleño unos cuantos que yo me sé y otros cuantos que quién sabe dónde.
El Cádiz saltó al terreno de juego en el minuto cuarenta. Antes, regaló la primera parte al Marbella, que bien plantado en defensa y con contras incisivas se adelantó con dos goles. El primero, en el minuto 17 en una jugada por banda derecha de Santi Moreno –jugadorazo- que se adentró en el campo del Cádiz esperando que alguien le entrara. Harto de esperar, siguió para arriba y batió de disparo cobazo a Casi-Casillas que se tiró para el otro lado un cuarto de siglo antes.
El cero a dos viene por una gran jugada de Mansilla dentro del área cadista que derriba sin maldad en la cara del árbitro a Moreno al más puro estilo Rockefeller: ¡Toma Moreno! Penalti sin discusión que el propio Moreno materializa. Minuto 37.
A esto que el equipo amarillo se despierta del letargo y salta al terreno de juego.
En ese preciso instante mi amigo Eduardo me comentó que sería importante acortar distancias antes del descanso. Dicho y hecho. En el minuto 40, jugada por la derecha, centro al segundo palo, el Pájaro Toedtli revolotea de cabeza y sirve a Ormazábal para que al nachoalimón con el defensa marque el uno a dos. Obama grita desde fondo sur “We can” ¡Podemos!
“Bien, bien, si empararan ahora sería el súmmun”, gritaba mi amigo Eduardo celebrando el gol. “¿De Piña o de melocotón?”, le comenté mientras me ganaba un más que merecido cate por tan estúpida pregunta.
Como no estaba la cosa para celebrar, saca el Marbella, López Silva corta la jugada, pasa a Fleurquin que –y eso tiene mucho mérito- sin golpear ni derribar a ningún contrario, avanza, regatea, centra al segundo palo y Mariano Toedtli remata a la red. Dos goles en un minuto. ¡Increíble! Dos a dos.
“Joé, si marcara ahora un tercero”…. ¡Tes qui yá! Vámonos al descanso, anda.
En la segunda parte, el Cádiz salió enchufado y decidido a por la victoria. Toedtli pudo marcar el tercero en un remate de espuela, pero salió demasiado cruzado. López Silva se internaba por la izquierda las veces que le daba la gana y desbordaba más que los ríos de la vertiente mediterránea. El Marbella parecía noqueado por el empate.
En el minuto 69, se produce una jugada con morbo. Lógico, en qué mejor minuto iba a ser. Falta contra el Marbella. En principio el árbitro la pita fuera pero evacua consulta con su linier y pita penalti. Los marbellíes protestaron y seguramente evacuaran acordándose de los ancestros del linier. Yo, desde luego vi penalti. ¿Tú que vas a ver si te ha subido la graduación y todavía no has encargado las gafas? Toedtli lanza el penalti y marca por dos veces, porque hubo que repetirlo por invasión, pero solamente subió un tanto al marcador. Tres a dos, remontada.
Javi Gracia mueve ficha y da entrada a Rosu, que cuajó un gran partido de Mus en el Hogar del Pensionista de la Barriada de la Paz. Memorable su órdago a la chica con dos 3, un 4 y un caballo. La gente esperaba más de él. “Si, yo también esperaba que me entrara por lo menos un as, pero no pudo ser”, declaró con posterioridad a los medios.
Hombre, lo lógico es que con tres goles en tu casa ganes el partido. Pero la palabra lógica no existe en el vocabulario cadista. En las postrimerías del encuentro, jugada por la izquierda del equipo costasoleño, la defensa del Cádiz que anda un tanto encarajotada para variar y Pedro bate por tercera vez a Casi-Casillas, que no pudo hacer nada en ninguno de los tres únicos tiros que le hicieron en toda la tarde.
Si el empate era lo más justo, lo más justo era el empate. Total, equis.
En el equipo marbellí, el mejor que ha pasado en lo que va de temporada por Carranza (después del Cádiz, obviamente), destacaron las combinaciones de Rives –con cola o naranja-, la forma poética de tocar la pelota de Góngora –un hombre a una nariz pegado- y la clase y categoría de Santi Moreno, que volvió locuelos a toda la defensa cadista.
En fin, si no se puede ganar no se puede perder. Hay que dar por bueno el empate. Este partido servirá para que alguno que otro que va de sobradito medite y aprenda que si no se corre más que el rival cualquier equipo bien plantado te puede pintar la cara.
La próxima jornada llega la hora de la verdad. El partido del año. Allí se comprobará si sois los elegidos o los elegidos son los de El Ejido, así que, como dijo Gandalf en Minas Tirith “¡corred insensatos!”.