La Crónica Daltónica (desde otro color): Cádiz 2 - Granada 3 (Copa Federación)

No cabía un alfiler en el Carranza, cabía la mercería entera. Con un espectacular lleno de sillas vacías se celebró en el nuevo-viejo estadio el partido de vuelta de los nosécuantosnabos de final de la Copa Federación.

El partido fue declarado medio estadio del club, ya que solamente se abrieron las gradas de tribuna y fondo sur. Este hecho viene a demostrar que hay un montón de madridistas en Cádiz porque no habría ni mil setecientas cuarenta y siete personas y dos perros en las gradas, ambos incluidos.

En la ida, el Cádiz se había impuesto al conjunto granadino con un solitario gol de Rosu. Pero esta vez Rosu no jugó al solitario y sí al dominó, cuajando un gran partido hasta que en un error garrafal se ahorcó el seis doble, lo que le impidió conseguir el máximo galardón en el hogar del pensionista de la Barriada de la Paz. La gente esperaba mucho más de él. “Si, yo también esperaba a que soltaran el 6/5”, declaró compungido a los medios.

Lo peor fue la lesión de Rubiato que se temió que sufriera una fractura de pómulo, aunque, -ojalá-, parece que se queda en fritura de pomelo, que suena por el estilo pero es menos desagradable. Por lo que pueda pasar ya ha empezado Acuña a dar saltos sin ton ni son.

El Granada ganó la guerra psicológica al saltar al terreno de juego con camiseta blanca y celeste y calzonas blancas, sin duda por la coincidencia de colores con el estampado del autobús que lo trajo, porque sino no me lo explico. Eso o que los viste “Granada 1910” y se les han caído las franjas rojas por el camino.

A los doce minutos igualaba la eliminatoria el equipo nazarí con un tiro raso (no Rosu) de Cervera.

Pero el Cádiz movía bien la pelota en el centro del campo con un Bezares muy entonado y recuperado para la causa y un Fran Cortés que demostraba la calidad que atesora en cada toque con el que acariciaba al esférico. Y al balón también.

Fruto de ese buen juego llega una perfecta internada al contraataque del Bicho que asustaba a los contrarios –lógico-, pasa a Manu Barreiros (buenos camiones) y éste ve a Fran Cortés que marca un bonito gol. Empate. Vámonos al descanso que tengo hambre.

Dicho y hecho. En el descanso degustamos un bocadillo de jamón de estero porque ese cochino no había visto la sierra ni en el youtube. Por el sabor yo diría que el jamón era de las mismísimas salinas de San Fernando. Vamos, que le hacen la prueba del carbono catorce y se embebe el carbono y el catorce.

Después de dar cuenta de dos litros de agua, nada más empezar la segunda parte Fran Cortés se reivindica y adelanta al equipo amarillo con otro golazo. Menos mal que no queríamos la Copa.

Pero Javi Gracia, listo como nadie, hizo la ídem de alinear a los menos habituales. Como ni por esas caía eliminado, dio entrada a los menos menos habituales todavía, cambiando a Luismi por David García.


Corría el minuto setenta y cinco cuando Luismi, la joya de Peguero, realiza una gran parada dentro del área que es muy aplaudida por todos sus compañeros. El árbitro, que no entiende de excentricidades, pita penalti. Dani realiza la “Contreriña” y adivina perfectamente el lado contrario por el que lanza Zubi. Gol del Granada. Empate a dos. Y eso que Zubi no paraba ni un penalti. Bueno, pero los marca. Pos bueno, pos vale.

Parece que la entrada de Luismi comenzaba a surtir el efecto deseado. Y, así fue. Pocos minutos más tarde se produce la famosa “Cantata di Defensi Encaragliotadi”, Opus 45 de la ópera “Porca Miseria, grande cobazi, Benito” de Guiseppe Molto Verdi. Carlos Ruiz, remata de cabeza más solo que Gary Cooper batiendo por tercera vez a Dani, que no puede hacer nada. Bueno como poder, se podía haber acordado de las castas hindúes de toda su defensa, pero como buen compañero que es sólo lo hizo de la mitad.

Fin del partido. Enhorabuena al Granada. Muchísimas gracias por eliminarnos. Que os sea leve.

Por los vestidos de amarillos destacó el encomiable trabajo de la Tata Pepa, a la que felizmente alguien ha informado esta temporada de que el megáfono tiene un botón por el que, si lo pulsas, se escucha lo que dices, y no paró en todo el partido de gritar consignas a los suyos.

En fin que adiós a la copa del Rey y adiós a la Copa Federación. Al haber sido eliminados en primera ronda ahora tendrán que jugar la Copa Federación de Peñas y habrán de hermanarse con todos los equipos que han caído en idénticas condiciones, durante los próximos miércoles de cada semana, hasta el agotamiento final.

De todas formas, siempre nos quedará la copa Danone. O la copa catalana. O el copón bendito (para los más religiosos). Camarero, cucha, vamos a pensar en la liga y échate una copita, pero de las más habituales.


Abrazos cadistas.