Foto: PortalCadista.com

No pudo ser. El Cádiz culmina el año dejando una penosa imagen ante el colista de la categoría, jugando con el marcador y con un hombre más sobre el campo.
 
Y es que la oportunidad que se le presentaba a los amarillos para recuperar una autoestima, que parece perdida desde hace algunas jornadas, era pintiparada. Visita al colista, desplazamiento masivo de hinchas cadistas, la alegría de ver que tras la vuelta a Cádiz se marcharían de vacaciones. Pues no, parece que los jugadores amarillos no han sido capaces de encontrar el patrón de juego que les hacía ser uno de los equipos con mayor llegada a la meta contraria. Y es que, a pesar de lo que digan los resultados, desde el partido jugado en el Ruiz de Lopera, el Cádiz no ha vuelto a ser ese equipo con soltura y dinamismo capaz de penetrar una y otra vez en las defensas contrarias como cuchillos que se hunden en la mantequilla. Se argumenta  que los rivales ya nos van conociendo, pero eso a mí no me vale como excusa. Y es que un equipo con el potencial del Cádiz debe de mostrar alternativas para cuando nos taponen las vías ordinarias. Hoy por ejemplo, el equipo Balono no ha puesto un marcaje específico ni asfixiante sobre Carlos Caballero y sin que el jugador cadista haya sido de los peores del partido, el Cádiz no ha creado las ocasiones que un líder debe de mostrar ante un rival que se ve hundido en la clasificación.
 
El Cádiz no ha sabido matar el partido, pese a remontar un primer gol local, pese a haber jugado parte de la segunda mitad con un jugador más, pese a disponer de varias contras desperdiciadas de la forma más pueril. Hoy parecían empeñados en complicarse la vida con la salida del balón. Casi todas las ocasiones creadas por la Balompédica Linense han venido por interceptaciones de sus hombres ante las constantes imprecisiones absurdas de los jugadores cadistas. El nerviosismo se ha implantado en el juego desplegado por los jugadores amarillos, y los resultados no pueden empañar la realidad.
 
Tal vez el periodo vacacional del que disfrutarán a partir de esta noche les venga bien, porque el agotamiento parece más mental que físico. Solo el amplio colchón de puntos ante su inmediato perseguidor puede servir de tranquilidad para esta afición que ha vivido un año de lo más movidito.
 
Solo me queda felicitar las fiestas a toda la familia cadista y desearos los mejores deseos para este año 2.009 y que vuestros deseos se vean cumplidos a lo largo del año. Entre ellos, la ilusión de volver a militar en el fútbol profesional allá por el mes de Junio.

Yoni Weiss