Hasta el rabo todo es toro

Hemos tenido que esperar al domingo para saber a ciencia cierta el valor del punto en Écija. Los resultados de Real Jaén en Granada (empate a uno) y Poli Ejido en Antequera (perdieron por 3-2) hacen ver el punto conseguido de distinta manera.

Una manera que ahora dejan en evidencia las declaraciones de Antonio Muñoz tras el partido. Palabras que, en mi opinión, no definen ni por asomo el juego del Cádiz en el Municipal de San Pablo. Si el paraguayo Amarilla hubiera mandado el balón fuera, si el despeje de Casilla hubiera tomado el camino de la línea de fondo o Juanma Delgado hubiera llegado al balón que entraba llorando, estoy plenamente convencido que nadie hubiera levantado la voz al final del choque. Mucho menos el presidente. Por qué las hizo es algo que sólo sabe él y cada uno podría encontrar una explicación. Pero siguen siendo desafortunadas. No es de recibo pedir que se reme hacia el mismo lado para, de buenas a primeras, guardarse los remos en el bolsillo.

El Cádiz hizo el sábado una primera parte magnífica. Muchísimo mejor que las realizadas por ejemplo en Pinos Puente, en Lucena o en Antequera. La diferencia entre uno y otro partido fue la jugada y el gol del descuento. Si en los partidos anteriores se habló de concentración, de “mono de trabajo” y de solidez defensiva, el juego de ayer lo superó con creces. Si nadie del entorno criticó el juego en esos tres partidos anteriores hacerlo ahora no se puede definir de otra manera que de injusto.

Ayer al presidente le faltó alguien al lado suya que le aconsejara silencio y tranquilidad o no escuchar a los que le pudieran contagiar de ese forofismo del que hizo gala. Ese mismo silencio y tranquilidad que ha mostrado cuando, por ejemplo, le han preguntado por alguna lamentable actuación de algún árbitro que ha tomado decisiones que han perjudicado a nuestro equipo.

Y, puestos a hablar de esfuerzos, este año nos hemos esforzado todos y seguimos haciéndolo para salir de esta categoría que no se merece nadie. Desde los aficionados que han pagado un precio excesivo por su abono, los medios de comunicación que sufren las humildes condiciones de trabajo en los campos de Segunda B, etc. Quizás sufriríamos menos si en el mercado invernal se hubiera fichado a un delantero de garantías que ahora nos evitara estar con el alma en un puño cuando Mariano Toedtli sufre algún percance físico sin importancia como el de ayer.

Hoy podemos atisbar el próximo partido en Marbella desde otra perspectiva y teniendo en cuenta que, si seguimos manteniendo esta ventaja, nos metemos el liderato en el bolsillo a falta de dos jornadas para el final de la liga, algo que hubieramos firmado en el mes de Agosto.

Miguel A. Vallecillo