La Crónica Daltónica (desde otro color): Cádiz 3 - Celta de Vigo 1
Como dijo el urólogo de Nacho Vidal tras practicarle una cruenta operación de circuncisión de urgencia en pleno centro de trabajo, “A ver si con estos tres puntos este hombre puede volver a trabajar con tranquilidad”.
La semana venía marcada por la tunda o somanta de palos que había recibido todo lo que se meneara tras la vergüenza y oprobio pasados en tierras del alto Ampurdá. No obstante, el equipo fue recibido con aplausos. Gracia sorprendió a todo el que quiso sorprenderse con la inclusión en el titular de Diego Tristán y manteniendo la defensa que tantas alegrías está dando a la parroquia amarilla. Oh.
Visitaba Carranza un Celta corto, sin boquilla, venido a menos. La intempestiva hora señalada para el partido, propia de un documental de la dos, produjo que más de uno acudiera al estadio todavía sin haber echado el flatito y con ganas de sestear.
Aun así el Cádiz salió a por todas y el Celta a por unas cuantas. Corría el minuto 6 cuando Nano se interna por banda izquierda, su centro medido al segundo palo hace que Enriquinho estorbe a la perfección a Ismael Falcón, que por un momento teme por la seguridad de su dedo meñique, resolviendo Cristian-no Ronaldo con una espectacular media chilena tirando a peruana, o sea, de tijereta. En el caso de Cristian más bien es de tijerita, porque vaya peinadito que luce. La gente, que ya no se acordaba cómo se celebraba un gol del Cádiz, lloraba de la emoción.
Foto: portalcadista.com |
El gol le dio alas al equipo local, que por momentos parecía una bandada de estorninos a la búsqueda de un coche donde actuar, lo que provocó el lógico descontrol en las filas celtiñas.
En el minuto 15 Tristán roba una pelota en el vértice del área cadista y lanza un preciso y precioso pase en largo a Tití Enri-que, que arranca desde campo propio sorteando todos los boquetes del impracticable césped de Carranza en ágil galope, se interna y bate a Falcón en una salida desesperada con un toque sotil (Hugo “Cholo”). Golazo del ocho.
A pesar del dos a cero, el Celta continúa intentando jugarla y se hace con el mando del partido. A buen Trashorras mangas verdes. En el minuto 44, ve recompensado tanto esfuerzo acortando la distancia en el marcador por medio del canterano Joselu, que resuelve en el área a finales de noviembre un centro de Mallo. Un gol de los denominados psicológicos.
Con el dos a uno y el acojone general nos vamos al vestuario.
Durante el descanso, el personal se mantuvo ocupado intentando localizar en el palco de autoridades a los personajes de la semana. Un abonado de tribuna aseguraba haber visto a Tom Cruise poniéndose morado de canapés, aunque enseguida se comprobó que se trataba de un representante de la federación de peñas. Una señora dijo haberse encontrado en los servicios a Cameron Díaz, pero me extraña a mí que estuviera en Cádiz la Cameron sin el Tomatito o Paco de Lucía. Entre los concejales tampoco se divisó a ningún astado, pero esa es otra película.
El Celta regresó al terreno de juego como cinco minutos antes para meter presión y con las ideas muy claritas, conjurándose en el centro del campo en un bonito aquelarre. Miedo que estaban dando los chavales.
Pero a los veinte segundos de comenzar la segunda parte Cifuentes roba un balón en su área, coge confianza, avanza, pasa en profundidad a Nano que se va de su par, centra al área con precisión de relojero suizo y Tristán la acomoda con el pecho en el punto de penalti y remata con la zurda al fondo de la red. Diegolazo de Tristán y partido finiquitado. Un gol de los denominados psiquiatricos.
El internacional cadista celebró su primer gol en la liga adelante con “fresita” Mansilla, que está pidiendo a gritos una oportunidad.
La segunda parte transcurrió con un quiero y no puedo del equipo celtarra, un no por mucho madrugar, un tanto nadar para morir en la orilla, un vivo sin vivir en mí, un –no sé si me explico- oro parece plata no es.
Javi Gracia resfrescó al equipo dando entrada a Velasco por un agotado elija otro Enrique, a Jaume Costa por Cifuentes y a Fran Cortés por no me acuerdo, tendría que haberme llevado un boli para apuntarlo.
El árbitro estuvo bien, si tenemos en cuenta que en el primer gol cadista hay microfaltilla a Falcón y a los cinco minutos un penalti sin maldad de Nano que tampoco vio. Vamos más que bueno estuvo pa comérselo.
Desde luego que doctores tiene la iglesia pero Eusebio Sacristán, que fue monaguillo antes que fraile, mucho tendrá que rezar para encontrar cura para el equipo celeste. Estoy convencido de que después de esta frase mi psiquiatra me dobla la dosis.
En fin, que a ver si estos tres puntos de oro calman el trastorno bipolar que sufre la afición cadista y dejamos trabajar con tranquilidad al mister, que está demostrando que sabe lo que tiene entre manos, a pesar de los pesares. Eso que ganaremos todos. Desde aquí le mandamos nuestro apoyo. Voy a por mi pastillita. A por el Elche.
Abrazos cadistas.
P.D.: Si me preguntan por el clásico, lo tengo clarísimo. Sin ninguna duda, me quedo con Mozart.
José Manuel Ramos «Pichili»