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La Crónica Daltónica (desde otro color)
Cádiz 1 - Real Sociedad 3 |
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06.06.2010 |
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Como dijo Dwight Eisenhower aquel amanecer del 6 de junio de 1944 en el que -acompañado del cuarteto del Gago- decidió que Pal desembarco Nosmardía “el mundo pertenece a los optimistas, los pesimitas son meros espectadores".
Rendía visita al nuevo a parches estadio Ramón de Carranza, con el ayuntamiento de Cádiz sin un marcador electrónico, la Real Sociedad de Fútbol acompañada por unos dos mil seguidores que animaron sin parar a los suyos en pos de la victoria. Antes, durante y tras el encuentro, los donostiarras demostraron que son una afición señorial, con un comportamiento ejemplar tirando a de categoría, compartiendo buen rollo, vinos y risas con los parroquianos cadistas. Por todo ello, podemos decir que en los aledaños del estadio hubo un gran ambiente. Lógico, teniendo en cuenta que el partido se jugaba el Día del Medio Ambiente.
El encuentro fue casi retransmitido en directo por las cámaras de Canal S., Canal Sangangui, con los inestimables comentarios del portero ex malaguista Fernando Peralta, que siempre que puede recuerda su simpatía y afinidad por el Cádiz, sin duda motivado por su gran actuación en la tanda de penalties de la promoción que dejó al Cádiz en primera.
Se enfrentaban dos equipos con intereses contrapuestos. Por un lado el líder, un equipo que tenía las ideas más claras que José Luís Uribarri con las votaciones de eurovisión. Por la otra parte el Lidl, un Cádiz con pocas ofertas para sus clientes, que tenía que refrendar el triunfo conseguido seis días antes en tierras tarraconenses.
El Cádiz saltó al terreno de juego en busca de la alada diosa Niké y pudo llegar en el minuto uno si Fleurquin hubiera conectado un cabezado que salió lamiendo slups slups la potería defendida por Zubikarai, que en castellano significa, “¡coño!, si para como Zubi”.
Muy pronto, a los doce minutos, se adelantan los donostiarras en una falta botada por Griezmann, que tiene un guante, y que remata de cabeza Bueno más solo que la una en un clamoroso fallo de marcaje del nigeriano Ogbeche. El gol dejó al equipo cadista como Walt Disney, congelado.
Con el viento soplando a favor, la Real se replegó y cerró filas, sobresaliendo la figura de un motivado Diego Rivas, que en Cádiz dio muchas tardes de gloria como, por ejemplo, aquel partido cuando… y también ese otro en el que… En el equipo txuri urdin destaca porque en el centro del campo hace un trabajo de real suciedad, dando coces a diestro y siniestro cada vez que el balón anda cerca, eso sí, con la permisividad arbitral.
Quien sabe si por el rival, la calor reinante, lo pesado del terreno de juego, o porque Canal Sangangui retransmitía el choque, el caso es que el Cádiz nunca estuvo cómodo en el campo y las virtudes que habían florecido en los últimos encuentros se esfumaron como polvo en el viento.
Antes del descanso pudo venir el segundo de los visitantes ¿Quién, Diana, la lagarta? No, ¿Donovan, el muchachito bueno?, tampoco, me refiero al segundo gol de la Real, si Carlos Bueno hubiera estado acertado ¿Más todavía, cohone? Es verdad. Vamos a dejarlo.
La segunda parte comenzó como la primera pero una hora más tarde y con los equipos cambiados de campo.
En el minuto 50, de nuevo Griezmann centra pasado y Dani Míguelez entona de forma sublime la cantata “para don Scapatto” en mi tiene bemol sostenido, opus 45 de la ópera “Ma qui cosa fae, Guardametta Non lla Metta” del compositor Giuseppe Molto Verdi per la categoranza. El fallo lo aprovecha Bueno para rematar al fondo de la red el segundo de la tarde. No pasa nada. Una mala tarde la tiene Contreras.
Pero en la siguiente jugada pudo acortar distancias el Cádiz en un gran slalom que realiza Ogbeche sorteando a cuantos contrarios le salían al paso, pero su disparo le salió como el tabique de Belén Esteban, un poquito desviado.
En el minuto 59, como dice el refrán, no hay dos sin tres y otra vez Carlos Bueno, a centro del francés Grieszmann remata a placer al fondo de las mallas defendidas por Dani Miguelez, ganándole la partida a Cristian por bajo. Bueno, Bueno le gana por alto, pero por bajo. No sé si me explico. Vamos, que le gana porque Cristian es ¡algo pequeñito, oh, oh, oh, oh, oh…!
Con todo el pescado vendido, Espárrago mueve banquillo para dar descanso y evitar tarjetas innecesarias a hombres fundamentales, retirando a Tristan, que estuvo tristón, Jaume Costa y a Fleurquín, fortaleciendo el centro del campo con Ormazábal y Erice.
Por cierto que Erice ha sido noticia esta semana ya que, según exclusiva de portal cadista, el Apollon Limasol de Chipre está muy interesado en contratarlo. Hombre, la verdad es que es lógico que el Apollón venga a “po” Jon.
En el minuto ochenta y tres Bagheera -la pantera negra- Ogbeche da un zarpazo y maquilla el resultado con un golazo que engrosa su lista goleadora superando a míticos jugadores cadistas como Sánchez Posse o Mario Husillos y desterrando por esta temporada la maldición de Jordao.
La alegría de los donostiarras se desataba cuando Lesma López dio por concluido el encuentro, logrando tres puntos que le valdrán para volver a la liga de las estrellas a la que por historia, por equipo y desde luego que por Afición merecen estar.
Tras los resultados de la jornada la parte baja se aprieta y de qué forma y habrá que ponerse a hacer números y dedicarse al estudio de la cabala, aunque a estas alturas del verano yo prefiero dedicarme a la caballa… con piriñaca.
Un pesimista dirá que ya estamos como siempre, que verás cómo no llegamos a cincuenta puntos, un optimista dirá que la semana que viene logramos los cincuenta puntos y un realista dirá que a mí qué me cuentas si nosotros ya tenemos setenta y uno y ascendemos a primera, la hostia.
En fin, igual es que soy un espectador pesimista pero yo creo que si el desembarco de Normandía hubiera dependido de los jugadores del Cádiz, hoy todos seríamos más rubios, más altos, más peladitos, con un resorte incorporado en el sobaco derecho y con un bigotito chiquitito debajo de nuestras narices.
Aún así seguimos dependiendo de nosotros mismos y haciendo una cosa “tan” sencilla como ganar en Huesca y en casa contra el Numancia será más que suficiente para lograr el objetivo ¿Birmania? No, la permanencia.
A por el Huesca.
Abrazos cadistas.
José Manuel Ramos «Pichili»