José Manuel Ramos «Pichili» / PortalCadista.com
Tongyige shijie, Tongyige mengxiang, que traducido resulta, “un mundo, un sueño”. Como todo el mundo sabe, este es el lema de los juegos olímpicos de Pekin, que traducido resulta Beijin.
Beijin de Beijin, que decía la canción, que traducido resulta, and the oscar goes to… Volver a empezar. Y Beijin de Beijin son las sensaciones que te quedan después de la quincuagésimo cuarta edición del trofeo Carranza. Más de lo mismo. Lo mismo pero no igual.
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En el partido contra el Atlethic de Bilbao vimos a un Cádiz bien plantando, sobre todo en el segundo tiempo. Los nuevos estuvieron bastante entonados: Casi-casillas tuvo una gran actuación y dejó detalles de buen portero; David García estuvo rápido en el corte, salvo un par de despistes, cuajando un buen partido hasta que fue sustituido porque viene con la dieta de Abel Buades; Fragoso jugó de centrocampista y se marcó un magnífico centro en el gol de Rubiato; López Silva, que pegó el trallazo que Acuña remachó con la espinilla. Mención aparte para Fran Cortés, que jugó un partidazo.
En el descanso, parece ser que en el palco de invitados un tal Pepe Mejías fue invitado… a abandonar el suculento ágape consistente en rodaja de mortadela sin aceitunas, menestra de igualdá (porque igualdá lo que lleve la menestra) regada con alpechín capritx de diux y computa de frutas del tiempo. Hombre, no querría el Mejías este compartir mesa y mantel con el Consejero de Peñas, ¿no? Y encima iba sin chaqueta de pana negra. ¡Será caradura! Anda pa el Rosal que solo eres el presidente de los veteranos.
Al final del partido, Don Muñoz declaró a los medios que visto lo visto, con un fisioterapeuta más se daba por cerrada la plantilla.
Pero que a nadie le sirva de engaño porque el Atlethic del otro día los leones los dejó en el circo pringue y trajeron cachorros de perritos lamechichis que más que miedo dan pena verlos. O el amigo Caparrós se espabila o el cuatro de diciembre ya está viendo partidos en el Sánchez-Pizjuan.
Durante el transcurso del partido se consiguieron dos nuevas medallas de oro, concretamente de la Virgen del Carmen coronada, que compraron dos agradecidas madres de nuestros representantes en natación, como promesa porque ninguno se ahogó.
En la segunda semifinal Sevilla y Villarreal depararon un duelo de biatlhon (fútbol y artes marciales a partes iguales). El neo-internacional Capell hizo el Capull exagerando histriónicamente un par de feas entradas -sin mala fe- de los defensores amarillos. Muy lograda quedó la actuación de Ducher, que batió el record olímpico de entrada chunga al peroné en 3:05 minutos que jugó. El árbitro tendría que haber hecho honor a su apellido y mandarlo para la duchar. Se impuso el Sevilla con dos goles de Luis Fabiano (que te la coja tu hermana).
En el partido de la consolación el Atlethic mejoró su paupérrima imagen y sonido y venció al Villarreal en un partido en el que, por raro que parezca, no se lesionó ningún futbolista del sub-submarino amarillo. Pellegrini hará el camino de Santiago en agradecimiento. Normal.
Para la final y a pesar de que había cerca de cincuenta mil entradas vendidas, Don Muñoz y su troupe tuvo la generosidad de regalarnos una entrada para cada abonado. Teniendo en cuenta los precios a los que han puesto el abono y el espectáculo que, Dios no lo quiera, vamos a tener que “disfrutar” la próxima temporada, el nombre de abonado nunca fue tan preciso pues, efectivamente, eso es lo que se sienten algunos cadistas después de la patética temporada pasada y la pésima gestión de la directiva de la SAD: abonados, o sea, cubiertos de estiércol.
El conocido dicho gaditano de “gratis, aunque sea un carajo” fue un éxito total y se formaron grandes colas para recoger las entradas. Yo intenté deshacerme de la mía al más puro estilo fleurquin, pero no hubo forma ni cambiándola por dos para el FIT.
No me hizo gracia que Gracia hiciera la gracia de poner en el centro del campo a la dupla Bezares-Fleurquin que tan buenos resultados nos deparara la temporada pasada y que ha dado con los huesos de los cadistas en el pozo de la segunda be por una serie de catastróficas desdichas y sin que nadie tenga la culpa culpita yo tengo negro negrito mi corazón. Chin pon.
A parte de la carta, la lógica se impuso y el Sevilla dejó la defensa en zona del Cádiz con más agujeros negros que mi cuenta corriente a partir del día cinco. Chevantón marcó el gol 600, como mi primer coche, y también el 601. El 0-3 definitivo lo logró Adriano (otra vez, que te la coja tu hermana). A Enriquinho adobado habrá que recordarle que regatear no es participar en una regata.
Durante el partido un pequeño sector del público confundió al Sevilla con el Oviedo y saludaron al equipo rival al más puro estilo asturiano con gritos de Puxa Sevilla, lo que provoca el lógico enfado de la afición contraria por tan lamentable equívoco. El 95% restante deshizo el entuerto y mandó callar a los erráticos aficionados. Tampoco es pa ponerse así.
Al final del partido, Don Muñoz declaró a los medios que visto lo visto, con un fisioterapeuta y con un entrenador de defensas en línea más se daba por cerrada la plantilla.
Al final, como decimos, se impuso la lógica y Del Nido recogió su ansiado premio, el Tofeo de los Tofeos. Muy merecido.
El Trofeo nos dejó algunos bonitos detalles como la vuelta de Armando, que cuajó una de sus mejores intervenciones en Carranza no encajando ningún gol en los dos partidos (¡iiiiiiiiiinnn caaaaaaa…parrós!), el nuevo farmatín de la alcaldesa que le da un aspecto más juvenil si cabe, el reciclado que practica Don Muñoz con sus mesas-camillas de invierno, en fin gloria bendita.
El emotivo final lo puso la lograda puesta en escena de la entrega del trofeo, que recordó –a menor escala- a la reciente ceremonia de inauguración de los juegos olímpicos. ¡Qué plasticidad, qué hermosura, qué belleza sin parangón! El desfile de las banderas digno de mezcla de cultura trimilenaria con coca-cola. Los vellos de punta. Para el año que viene podrían colocar una réplica (el original no, no se vaya a estropear) de la escultura del pájaro-jaula de las puertas de tierra que daría más lustre a la ceremonia. Yo doy la idea.
A las 5 de la mañana uno que estaba en una de las barbacoas esas montadas para estar en el Libro de los excesos de los amigos de Gines se acordó y protestó pero, lamentablemente, tampoco era el momento. “Amigos para siempre”. Beijin the Beijin.
Abrazos cadistas.